Crítica de danza: Miradas diversas

Tres agrupaciones se unen para bailar

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Un grupo de jóvenes artistas de danza provenientes de México, República Dominica y Costa Rica decidieron unir esfuerzos para promover sus trabajos coreográficos ante nuevos públicos. Ellos presentaron el espectáculo denominado Unos libros, un mapa y un abanico, el cual estuvo conformado por las obras Fallido , de Alejandro Flores; Aire (mapa de la respiración) , de Magdalena Brezzo, y Lóbrego o Lo brego, de Patricia Ortega. Tres trabajos que muestran diferentes formas de hacer coreografía.

Dos de estas propuestas son sus primeras obras en el ámbito profesional; tal es el caso de Flores, quien recién debutó en el Festival de Coreógrafos Graciela Moreno, y Ortega que mostró su creación en el Festival de Danza Extrema 2012 en Xalapa, México. Por su parte, la mexicana Magdalena Brezzo es la creadora de más experiencia y presentó un dúo.

El nuevo grupo de bailarines, denominado Al Otro Lado, fue el responsable de la reposición de la obra Fallido , de Alejandro Flores, la cual tiene como motivación principal hacer un llamado de atención sobre los métodos educativos y las estructuras sociales que condicionan al ser humano.

Esta vez, encontré el trabajo más integrado a las condiciones del escenario, donde los espectadores y los actuantes formaron parte integral de la puesta.

Asimismo, los elementos compositivos y de utilería se vieron más afinados, los danzantes utilizaron tanto la voz como su energía y sus movimientos atinadamente. Para Fallido , Flores realizó la edición musical y el vestuario.

Como segunda obra vimos Aire (mapa de la respiración) , de Magdalena Brezzo, interpretado por Argelia Arreola, quien estuvo acompañada por Anthony Bolaños. Aire '. es una propuesta de carácter abstracto, la cual posee mayor unidad en el manejo del movimiento. En este trabajo de corta duración y que cuenta con una partitura musical de Murcof, el cuerpo de la bailarina es el epicentro temático y, de este, se desprenden sugerentes imágenes que van desde la represión hasta la liberación de la mujer.

Argelia Arreola, quien se vistió de blanco y negro, logró recrear múltiples dimensiones corporales en las secuencias que se iniciaron en la silla, como las que ejecutó en los diferentes niveles del escenario.

Lóbrego o Lo brego, de Patricia Ortega, fue la última obra de la noche y estuvo interpretada por los miembros del grupo Zócalo: Yancieth Paniagua, Marisol Vargas, Jesús Ramírez y la propia creadora, la cual pretende hacer, de manera jocosa, un llamado de atención ante la carencia de elementos básicos en la vida cotidiana de las personas. En este caso, cuando no se cuenta con energía eléctrica en un lugar tropical.

Para este trabajo, Ortega centró su discurso en el movimiento periférico, con combinaciones energéticas y complejas. No obstante, esta coreografía tiene algunos segmentos en los que se reiteran las ideas expuestas.

Para Lóbrego o Lo brego recurre a una banda sonora integrada por piezas de varios autores latinoamericanos como Roque Argilagos, Alejandro Cardona, Juan Carlos Espinoza y Daniel Solano, así como a elementos escenográficos creados por José Valerio.

Por su parte, los bailarines derrocharon energía y salieron adelante ante los retos impuestos por la creadora.