Crítica de danza: Danza para valorar el pasado

Consolidado: público seguidor de la danza llenó el teatro

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Con el auspicio del Teatro Melico Salazar se realizó la XIII edición del Festival Nacional de Danza , que se creó en 1986, con el propósito de estimular la danza profesional, fundamentalmente como una vitrina del repertorio coreográfico.

Esto le abre a los creadores un espacio para reponer sus obras; a los bailarines madurar las propuestas o enfrentarse a nuevos retos, y al público mirar coreografías maduras o revisadas. Además, para esta oportunidad se han organizado talleres con profesores invitados y algunos espacios de discusión y reflexión de temas importantes para el gremio dancístico.

Para este certamen se seleccionaron 10 coreografías; además, se le rindió homenaje a la Compañía Nacional de Danza que celebra sus 35 años de labores, y se invitó a Danza Universitaria y la Compañía de Cámara Danza UNA.

Otra novedad es la participación de la compañía española Maduxia Teatre. No obstante, un aspecto que debe cuidarse en el programa de mano es la consignación del año de estreno de la obra, sobre todo si es un festival que promueve el repertorio, pues la fecha de creación ayuda a observar las propuestas con perspectiva histórica.

En escena. Para la cuarta noche programaron dos solos y un trío. Todos los trabajos se bailaron sin diseños de escenografías y con vestuarios acordes para el tema tratado, así como luces eficaces y bandas sonoras con varios autores.

El primer unipersonal titulado El ombligo está dirigido por el ecuatoriano Carlos Gallegos y fue interpretado por la bailarina nacional Milena Rodríguez, integrante del grupo Rosaval Gaspar Projets.

En este trabajo, Gallegos ilustra una gran cantidad de situaciones que vive una mujer en la travesía de la maternidad.

A pesar de un problema técnico, la bailarina sacó adelante su trabajo y en su participación se evidenció una agradable ductilidad corporal y buena resolución de los movimientos en el espacio.

Como segunda parte vimos Entre la locura y la belleza , creado e interpretado por la bailarina independiente Estefanía Dondi, en el 2013.

Ella nos mostró un juego de movimientos en estrecha relación con la música, con los cuales recreó de modo intenso varios estados de ánimo. Mediante sus secuencias, Dondi utilizó su técnica corporal con nitidez y expresividad, lo que le valió al finalizar un fuertísimo aplauso.

El último número le correspondió al grupo Los INnato, integrado por José Raúl Martínez y Marko Fonseca, quienes se hicieron acompañar por Adriana Cuellar para ejecutar la obra MatchPOINT , basada en un texto de Fernando Vallejo sobre el odio y la violencia, temas que recrearon en el escenario.

Sin embargo, los dos solos, anteriores al trabajo de ellos, tuvieron una duración apropiada para la exposición del tema, mientras que en el trío encontré mucha reiteración de imágenes y situaciones sin justificación dramática, las cuales tienden a cansar al espectador.

Detalles que deben revisar, toda vez que este trabajo está lleno de movimientos acrobáticos que requieren una limpieza y exactitud de la que adolece. En MatchPOINT se ven muchos pasajes y transiciones sucios. A nivel interpretativo encontré a Fonseca más compenetrado con el personaje.