La segunda ronda de negociaciones hacia la firma de un tratado de libre comercio (TLC) entre Costa Rica y Colombia se ocupará, primero, de las normativas en asuntos aduaneros, medidas sanitarias y contratación pública, entre otros, antes de entrar el miércoles a discutir los temas de acceso a mercado.
Así se definió ayer, en el primer día de las conversaciones que se realizarán a lo largo de esta semana, en Costa Rica.
La sesión inaugural se realizó al margen de la oposición de las industrias manufacturera, de plásticos, gráfica y metalmecánica, que alegan que este TLC es más sensible que el pactado con China, por las desventajas ticas en costos, principalmente.
Incluso, la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia) insistió en que no podrá apoyar un modelo que “ha generado un gran daño” a la capacidad interna de innovar y crear valor.
Por su parte, el viceministro de Comercio Exterior, Fernando Ocampo, dijo que hay otros empresarios que sí están a favor del tratado, y que la actual negociación se basa en el TLC con Perú. “También en las negociaciones de otros TLC hubo empresarios que estuvieron en contra”, declaró.
Alexánder Mora, presidente de la Cámara Costarricense de Tecnologías de Información y Comunicación (Camtic), dijo que –respetando las críticas de otras industrias– para el sector digital Colombia es un mercado atractivo y que solo se requieren algunas condiciones como una desgravación inmediata y total de los productos digitales. “Por principio, el sector digital apoya los TLC”, dijo Mora.
Javier Humberto Gamboa y Ricardo Zúñiga, jefes negociadores de Colombia y Costa Rica, respectivamente, indicaron que cada país tiene sus propios canales para atender los temores de los sectores. “Vamos a manejar las sensibilidades de ambos lados”, dijo Gamboa.
El Gobierno insiste en que el país enfrentaría en mejores condiciones el intercambio comercial entre ambas economías, dado su relativo éxito en las exportaciones (si se excluyen los recursos naturales de las ventas exteriores de Colombia) y que se supera en seis veces a los suramericanos en exportaciones per cápita.
Asimismo, se argumentó que Colombia sería un puente hacia Suramérica, es el segundo mercado en importancia para los productos ticos en ese subcontinente –adonde llegan 120 empresas costarricenses– y es el cuarto mayor inversionista en Costa Rica.