La ausencia o mal estado de las aceras a nivel distrital, cantonal y nacional, afecta a los peatones, especialmente a la creciente población etaria de los adultosmayores y personas con discapacidad física.
Noticias y reportajes publicados por el periódico LaNación dan cuenta de que “el problema de las aceras es la queja más constante y generalizada de los vecinos”. Cada día, en algún lugar del territorio nacional, muere o se lesiona un hombre o una mujer, víctima de un atropello vehicular, y esto ocurre por cuanto los peatones, al no disponer de aceras, se ven obligados a caminar por media calle igual que los romeros, exponiéndose a ser víctimas de un atropello. Hoy los conductores de vehículos automotores que manejan a prisa en poblaciones densas y de paso (salvo excepciones) son “analfabetos” y miopes, pues no leen ni ven señales de tránsito.
Las posibilidades de un accidente de tránsito en comunidades carentes de acera son muy altas ya que en Costa Rica se triplicó el flujo automotor y no así la construcción ni reparación de aceras. Otro elemento que propicia accidentes es la falta de cultura peatonal y de los conductores.
Es tiempo de que las municipalidades del país, en alianza con el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) unan esfuerzos y construyan, remodelen o reparen las aceras.
Es una inversión en pro de la seguridad peatonal y embellecimiento de nuestras comunidades.
Ahora las 81 municipalidades del país, con el exagerado aumento de impuestos de bienes inmuebles que cobran a dueños de viviendas, lotes, bodegas, lo mínimo que pueden hacer a favor de sus contribuyentes es construir aceras en los lugares donde no existen y reconstruirlas en aquellos barrios o comunidades donde las aceras están obstruidas o en mal estado. ¡Los peatones se los agradecerán!