Conductor presidencial sin queja de su pasajera

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Jorge Gómez, un cartaginés de 42 años, es el responsable de guiar a la nueva presidenta, Laura Chinchilla, no por los caminos políticos, sino por las calles del país.

“Ella es una pasajera tranquila”, afirma convincente.

Según dice, no recuerda que Chinchilla le haya ordenado las rutas que debe seguir para llegar rápido a algún destino. En ese sentido, le agradece que lo deje decidir.

En todo caso, ya son muchos años de conocerse pues Jorge Gómez es otro de los nombres que Chinchilla sacó de su agenda de 1994, en el Gobierno de José María Figueres (1994-1998).

“Yo empecé con doña Laura cuando ella fue viceministra de Seguridad”, recordó el experimentado chofer.

Él comenzó en esas labores en la Administración de Rafael Ángel Calderón Fournier (1990-1994), cuando manejó para el entonces canciller Bern Niehaus.

Luego llegó a Seguridad Pública, donde laboró con Chinchilla y posteriormente con el ministro Rogelio Ramos.

Laura Chinchilla lo volvió a llamar poco antes de comenzar el Gobierno de Óscar Arias, en el 2006, para que nuevamente tomara el volante. Después la acompañó en la campaña.

“Yo quiero seguir trabajando honradamente. Espero no tener muchas complicaciones”, expresó ayer con sencillez.