Con música maldita, Fito Páez celebra 50 años

El cantante y compositor argentino se da el gustazo de presentar El sacrificio , disco con temas nada complacientes, compuestos durante las últimas dos décadas

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Cuando Fito Páez canta, sus fans enloquecen; se da el lujo de hablar de una “puta ciudad” y, lejos de recibir críticas, la gente resulta cautivada con sus versos. Y ahora, cuando llegó a sus 50 años de vida (13 de marzo), se da el regalo de presentar un disco con 10 canciones con las que no pretende quedar bien ante el público.

El gustazo del cantautor y pianista argentino es su disco El sacrificio , que calificó como su “álbum negro”. Todas son “canciones malditas” –así llamadas por el mismísimo Rodolfo Páez–, que fueron compuestas entre 1989 y el 2013.

¿Por qué son temas que no aparecieron en alguno de los discos que grabó en estos 23 años? Quizá por contener letras que algunos podrían calificar como indecentes o escandalosas o, tal vez, demasiado íntimas.

No faltará quien crea que se trata de los residuos de sesiones de grabación. No obstante, si se les escucha con cuidado, se entiende que sus estrofas transitan por campos minados en el campo personal y requerían un momento idóneo para ver la luz y... ¡finalmente llegó!

Con esa carga emocional, aparecen temas como El dolor , donde Páez simplemente hace las veces de narrador algo empalagoso, para crear imágenes que, de seguro, le crearon demonios íntimos, como lo fue la muerte de su madre o la cirrosis de un ser querido.

También tienen una veta de denuncia y son como gritos de hartazgo ante una vida que parece demasiado cruel.

“Es un disco poco amable, que reúne canciones sórdidas (...). Tiene letras muy explícitas y muy duras como la que cuenta un asesinato en una isla del Paraná”, comentó Páez en un comunicado que distribuyó Sony Music.

Diversidad. A lo largo de su carrera, Fito tiene acostumbrados a sus seguidores a temas cargados de contradicciones y a un dolor palpable. Su Ciudad de pobres corazones (1987) es un disco recordado como violento y crudo.

Con ese mismo espíritu está cargado el tema El mal vino y la luz , en que nos presenta una cruenta historia de incesto y violencia. Este triste pasaje va creando estampas al compás del piano, como una marcha fúnebre que recorre el alma.

Cuando se llega a Guerra de luz florece en él un dolor que se grita; sobre una base rítmica electrónica canta casi atropelladamente. Este es el camino que escogió para desquitarse con palabras de quienes lo traicionaron.

¿Busca temas que marcar con cinco estrellas en su iPod? Entonces, no deberá pasar por alto Mouchette , pieza que nos recuerda por momentos a 11 y 6 en su versión del disco Euforia .

Llámela balada de amor o canción de triste despedida, todo eso y más es válido. El jazz abunda en todos sus acordes; el piano coquetea con las cuerdas de los violines.

Conforme se avanza en este álbum de las canciones malditas, cada vez más queda la sensación de que es un viaje con un intenso vaivén emocional y musical.

De la completa calma se pasa a composiciones capaces de crear taquicardia, con una sola dosis. En esa categoría indiscutible está Inglaterra ; gracias a su ADN funk y a ese hipnótico arreglo de la sección de bronces junto al órgano, seduce y quien la escucha se pregunta: ¿es necesario pasar a otra canción?

Para no perder ese aire oscuro, funky y algo salvaje, podemos meternos en los senderos de No la chingues buey . Un Fito histriónico aparece; en segundos, la imaginación recrea un ambiente al mejor estilo de película de matones vengadores, donde un reclamo es leitmotiv y, al final, esa trompeta es como un genial tiro de gracia.

Y la estocada final de este nuevo material de Fito, que solo se descarga en iTunes, es La puta diabla , una autodestructiva canción de amor y despedida.