‘Community’: la segunda vida de una universidad clase B

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Todos recordamos ese momento en que Scrubs empezó a apestar y ninguno de nosotros quiso aceptarlo. Nos hacíamos los majes y lo seguíamos viendo, quizá impulsados por un deseo inocente de topar con un capítulo que nos recordara aquellas primeras temporadas llenas de chispa y carisma. Ah, la senda del perdedor (JD en este caso), siempre tan seductora.

Uno de los pensamientos que me asaltó después de que Scrubs “saltó el tiburón” me preocupó un poco: ¿será que siempre había apestado? ¿será que el que apestaba era yo por apreciarla? A ese punto llega nuestra relación con nuestras series favoritas, dicen más de nosotros de lo que quisiéramos aceptar. Por eso hay quien hoy niega su idilio inicial con Grey's Anatomy , como si las muecas de Ellen Pompeo en las primeras temporadas no fueran excusa suficiente para seguir sus desventuras por el Seattle Grace. ¿Sabía usted que ya se confirmó la décima temporada? Madre de Dios.

Regresemos a Scrubs, o bien, el motivo por el cual hablé de Scrubs: Community . La comedia de NBC ha sido descrita como una serie para nerds o, para ponernos más al día, geeks. Tratándose de uno de mis programas favoritos ¿qué dice eso de mí? Tal vez que tengo mejor gusto que el seguidor promedio de The Big Bang Theory, tal vez que la caja de comentarios de este artículo en la web se va a llenar de odio de los amantes de Sheldon y compañía. Ya saben, el popular “de qué juega payaso” y todo eso.

Disculpe usted: me distraigo. Mejor evitemos la polémica y dejemos de lado cualquier observación sobre los méritos de ‘Two and a Half Men’ o la editora de esta revista se unirá a la bancada de ofendidos. Como dije, mi intención es hablarle de Community, una serie creada por Dan Harmon que debutó en el año 2009 con una propuesta osada: humor negro autorreferente, ene cantidad de guiños a la cultura pop y un sinnúmero de burlas y parodias a los típicos clichés de la tele y el cine estadounidense. ¿Estatus obvio? Show de culto que pasa bajo el radar de la masa.

A pesar de su propuesta kamikaze en términos de rating, la serie logró calar hondo en la parrilla televisiva de los subnormales que invertimos más horas en Internet de lo que recomienda la OMS. Gracias a nuestra fidelidad y pirateo de buena fe la historia del grupo de estudio de una universidad “de segunda” (un community college ) llegó a una segunda y tercera temporada, motivando en nosotros la compra de tazas, camisetas y demás chucherías en las que uno puede invertir cuando todavía no ha decidido enfrentar la vida adulta.

Entonces, cuando ya la habían sacado del estadio con un episodio entero en 8-bits ( se reportaron fans de Mario, Mega Man y Zelda llorando frente al tele ) Sony y Universal (coproducen la serie) tomaron la ridícula decisión de despedir a Harmon y dejar a la serie sin su padre. ¿El resultado? Una cuarta temporada que los puristas hemos decidido catalogar de “no canónica”, algo así como lo que sucedió con Superman 4... uno simplemente pretende que nunca sucedió.

Eventualmente NBC emitió un capítulo “final” durante el cual la banda finalmente se graduó y los seguidores, resignados, nos preparábamos para lo peor. Pero la magia de la televisión todo lo puede y ya se confirmó una quinta temporada para la cual lo impensable ha sucedido: Dan Harmon está de vuelta y comandará 13 nuevos episodios con dos grandes interrogantes: ¿cómo será la vida del grupo de estudio fuera de la universidad? y, más importante, ¿podrá la serie recuperar el brillo de antaño?