Cine de género solo en Hollywood

Los directores de ‘donde duerme el horror’ rechazan una tesis excluyente.

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Hace unos veinte años, Jack Valenti, presidente de la Motion Picture Association Of America (estratega de los intereses de los grandes estudios y protector de la supremacía mundial de Hollywood), afirmaba con arrogancia, cada vez que visitaba algún país latinoamericano, que el cine de entretenimiento era cosa de los suyos e instaba a los cineastas locales a que abandonaran cualquier pretensión de realizar géneros; a que se limitasen a realizar películas folcloristas o algo de cine arte. Los géneros pertenecían al gran monopolio hollywoodense, y punto.

Valenti hizo tan bien su trabajo que hoy, en pleno 2010, su filosofía aún vive y goza de buena salud, aunque este señor lleve años muerto. No hay más que echar un vistazo a las carteleras comerciales de nuestros países: el cine estadounidense es amo y señor.

Lo que resulta realmente chocante es que a estas alturas haya comentaristas cinematográficos latinoamericanos que repitan, frase a frase y sílaba a sílaba, las máximas del señor Valenti: todo un caso de zombificación o de posesión demoníaca.

Nosotros llevamos más de diez años realizando largometrajes de género en la Argentina. Si hubiésemos hecho caso de la opinión de estos comentaristas –de que en la Argentina solo debe filmarse cine político o cine arte con aroma tanguero–, hoy no tendíamos siete largometrajes a nuestras espaldas ni una película estrenada en una sala de arte y ensayo en Nueva York.

Tampoco habríamos vendido los derechos de un filme para un remake en ese Hollywood que tanto les emociona; tampoco habríamos merecido reseñas favorables en medios como The New York Times o Variety , por no hablar de las ediciones de nuestras películas en Japón, España, Alemania o los Estados Unidos, ni estaríamos a escasas semanas de estrenar un largometraje realizado con la productora más importante de la Argentina.

Si hubiésemos creído por un segundo que no estábamos “genéticamente capacitados” para realizar cine de terror, no habríamos hecho este recorrido tan excitante.

Los prejuicios ciegan. Sin embargo, no hablemos más de nosotros. Sabemos que los prejuicios ciegan y paralizan a tal extremo que alguno de aquellos comentaristas no llegó a teclear nuestros nombres en el socorrido Google para enmarcar o contextualizar mínimamente sus comentarios sobre nuestra película Donde duerme el horror.

Pasemos por alto también a los históricos pioneros del cine de terror latino e iberoamericano, que durante décadas se ganaron el fervor del público de sus países: Narciso Ibáñez Menta, Jesús Franco, Carlos Enrique Taboada, Narciso Ibáñez Serrador, José Mojica Marins, Paul Naschy' Decididamente, esos cronistas tienen reprobada la asignatura de “historia del cine iberoamericano”.

Lo pondremos más fácil. Guillermo del Toro es mexicano. A pesar de su ADN (que, según cierto punto de vista reduccionista, sólo le permitiría realizar películas de charros), es un ganador de Oscar que solamente ha dirigido películas fantásticas y de terror.

De la patria de la zarzuela y del cine sobre la Guerra Civil salen, por poner sólo algunos ejemplos, cineastas como Álex de la Iglesia, Jaume Balagueró y el oscarizado Alejandro Amenábar (que, según aquel criterio, es doblemente inepto para el género pues nació en Chile), quienes han realizado filmes de terror de alto impacto internacional, como Rec, Rec 2, El día de la bestia, El orfanato, Los otros, Tesis'

A pesar de que, para un analista superficial, el francés es un cine continuista de la Nouvelle Vague, una docena de cineastas han destacado con exitosos filmes de terror en los últimos años, y casi todos ellos han sido “adoptados” por Hollywood'

Ideas preconcebidas. ¿Qué decir de los asiáticos? ¿Creen que los comentaristas afectados por el “síndrome Valenti” imaginarían semejante boom ? ¿Por qué Hollywood pasó un lustro rehaciendo películas japonesas, tailandesas, chinas' de terror? Porque eran películas de género que la gente iba a ver con avidez.

Let The Right One In , la película de terror más aclamada de los últimos años es sueca, y su remake estadounidense ya está en camino. ¿Cómo es posible si de Suecia sólo sobresale Bergman?

Afirmar un absurdo tan grande como “el cine de terror hay que dejárselo a los norteamericanos” es ignorar el mismo origen del género. Su lenguaje lo fundaron realizadores alemanes, quienes luego sentaron las bases del cine de terror, de aventuras y el noir en los Estados Unidos. Repetir irreflexivamente las consignas de Valenti lo hace cualquiera. Para dar una opinión con autoridad, primero hay que estudiar.

Negarle los géneros a los cineastas costarricenses, equivale a entregarle las pantallas nacionales al cine estadounidense: una iniciativa tan inteligente como nombrar a Steven Seagal sheriff de Costa Rica.

¿Dónde duerme el horror? En ciertos comentaristas de nuestra Latinoamérica que repiten ideas preconcebidas, guiados por un letal complejo de inferioridad cultural.

LOS AUTORES SON CINEASTAS ARGENTINOS; HAN DIRIGIDO LA CINTA ‘DONDE DUERME EL HORROR’, ESTRENADA EL 4 DE JUNIO EN COSTA RICA.