A 10.000 kilómetros de la oficina del consultor internacional José María Figueres Olsen, un grupo de profesionales que lo ayudó a gobernar Costa Rica entre 1994 y 1998 volverá a ocupar sillas de poder este sábado 8 de mayo.
El expresidente estará en Madrid mientras su exministra de Seguridad, Laura Chinchilla, se acomoda la banda presidencial en La Sabana y toma la batuta para dirigir un gabinete en el cual la tercera parte evidencia una innegable herencia figuerista.
Aunque aún quedan unas pocas decisiones pendientes (como un viceministro en Hacienda), hay más de 60 puestos asignados entre ministerios, viceministerios y presidencias ejecutivas. En los cargos principales hay al menos 14 personas que ocuparon puestos de poder en el cuatrienio de Figueres Olsen.
Entre los elegidos por Chinchilla también hay un grupo significativo de colaboradores del actual gobierno de Óscar Arias y algunos nombres desconocidos para la mayoría, pero cercanos a ella.
El canciller designado, René Castro, y el futuro ministro de Hacienda, Fernando Herrero, son dos ejemplos. Además están el presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), Eduardo Doryan, y el presidente del Banco Central, Rodrigo Bolaños. En 1994, este fue el interventor del Banco Anglo, cuyo cierre fue uno de los acontecimientos la Administración Figueres.
Otra muestra de la herencia del gobierno de Figueres es Marco Vargas, quien fungió como su ministro de la Presidencia y ahora se prepara para asumir las mismas funciones, aunque también desempeñó tareas de coordinación interinstitucional desde el 2006.
Fuera de las fotografías, también hay figuras reconocidas de la administración Figueres. Es el caso de Florisabel Rodríguez (ministra de Información en 1994-1998) y Carlos Espinach, un economista al que muchos atribuyen altos méritos como diseñador de estrategias políticas. Ambos acompañaron a Chinchilla durante la campaña y podrían seguir como asesores.
“Espinach es una eminencia gris. Él tendrá su influencia”, dijo René Castro, quien insistió en negar la preponderancia de la huella figuerista. “Lo que sí hay es un norte claro cuando gobierna el PLN, una impronta socialdemócrata”.
Castro sí advirtió de que no existe una línea ideológica que caracterice a los excolaboradores de Figueres pues hay variedad. Muchos han estado en otros gobiernos y varios han perdido contacto con él.
“Además, hay una madurez que solo la dan 16 años y muchas experiencias en medio”, agregó Marco Vargas, quien ahora carece de relación con Figueres, unas de las figuras cuestionadas en el 2004 por su participación en negocios del Estado con la empresa Alcatel. Otras procedencias. Otro grupo de importancia en el gabinete de Chinchilla es de de “los que siguen”, un grupo de 26 jerarcas que trabajaron en este cuatrienio con Óscar Arias.
Algunos conservarán sus puestos, como los ministros Leonardo Garnier, de Educación; María Luisa Ávila, de Salud, y Hernando París, de Justicia). Otros asumirán nuevas funciones, como Francisco Jiménez (ministro de Transportes después de presidir Japdeva) y Mayi Antillón, que dirige Comunicación y pasa a Economía.
Otro grupo identificable son los “debutantes”, como Laura Alfaro (ministra de Planificación), Irene Alfaro (ministra de Vivienda), el músico Manuel Obregón (ministro de Cultura) y Giselle Goyenaga (Deportes).
Algunos de los nuevos jerarcas pertenecen al círculo de confianza de la ahora Presidenta electa, como Rowland Espinoza (viceministro de Ciencia) y Max Loría (viceministro de Justicia).
Otros rostros han tenido experiencia política, pero no en gabinetes del Ejecutivo. Esta es la situación de Juan Marín (ministro de Descentralización), quien fue alcalde en Hojancha, los exrectores universitarios Olman Segura y Rodrigo Arias (presidente en el INA uno, y en el Sinart otro) y Rolando González (presidente del IDA).
A ellos se suma un pequeño grupo de liberacionistas que trabajaron con Johnny Araya en la precampaña presidencial.
Se trata de Luis Carlos Araya (viceministro de Transportes), Rolando González y Gaudy Solórzano (viceministra de Planificación).
“Es poco, pero es. En otras ocasiones no ha habido consideraciones para personas ajenas a la tendencia ganadora. Hay una actitud de buena disposición de parte de doña Laura. Además, en otros cargos de juntas directivas y en oficialías mayores, por ejemplo, puede haber más gente del grupo de don Johnny”, comentó González.