Caso emblemático

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El día en que el Juzgado de Niñez y Adolescencia nombró a Luis Gerardo Mairena como depositario temporal del niño que crió, la comunidad homosexual del país lo celebró en grande.

Lo mismo sucedió cuando el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) aprobó que este travesti adoptara al menor.

La historia de Mairena y su hijo se apoderó de los medios durante el 2003, al trascender que él se hizo cargo del hijo de una amiga con quien compartió su casa varios meses.

Cuando la mujer se embarazó y dio a luz a gemelos, dejó al varoncito a cargo de Mairena, pues el niño padecía de convulsiones.

Así que el travesti crió al niño como suyo. Con el paso de los años y tras los fallos judiciales, Mairena se ha convertido en uno de los casos emblemáticos que se citan en la jurisprudencia nacional e internacional cuando se debate sobre los derechos de la población homosexual.

Ley versus política

En la actualidad, la lucha de la población gay-lésbica se concentra en lograr la legalización de las relaciones entre las parejas del mismo sexo. Este será el primer paso para mejorar la situación de los hogares homoparentales que hay en el país (hogares formados por parejas del mismo sexo).

Uno de los abanderados es el abogado Yashin Castrillo, quien ha interpuesto acciones de inconstitucionalidad y recursos de amparo, así como denuncias penales, para que le reconozcan su derecho a legalizar la relación con su pareja de varios años.

Hoy, un gay o una lesbiana que mantenga una relación sentimental no tiene derecho a asegurar a su pareja; tampoco a gozar de la pensión en caso de muerte o de abandono por causas justificadas.

Patricia y Ana, que llevan cinco años juntas, han tenido que lidiar con esa situación en la vida real: “En el hospital, no me dejaban entrar a ver a ‘mi gorda’. Yo me puse a pensar: si por alguna razón, ella cayera en muerte neurológica, ¿quién daría el visto bueno para desconectarla?”, preguntó Ana.

“El día en que entre en vigencia la legalización, hay un aspecto que no será muy simpático para cierta gente de la población homosexual. Hoy, se termina una relación y nadie se hace responsable de nada. Con la legalización sería diferente, pues esta genera responsabilidades en temas de violencia doméstica, pensión y salud”, advierte Castrillo.