Capital humano

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La rentabilidad de las empresas depende estrechamente de su capital humano.

Se tiene el capital humano que se tiene. No se puede sustituir a todas las personas. Se sabe que, de todas las actividades que se realizan en la empresa, unas son de mayor contribución que otras.

Esto sugiere que, en vez de hablar de personal, se utilice el concepto de personas clave para distinguir a las tres o cuatro que hacen que una actividad crítica sea exitosa.

Sobre ellas habría que enfocar los esfuerzos de aumento de la eficacia, los cuales no deberían consistir en los viejos esfuerzos de capacitación, entendidos como poner a las personas en contacto con conocimientos (unos utilizables y otros no) mediante métodos tradicionales que recuerdan las clases colegiales.

Existen las personas clave que lo son por conocimientos, por experiencia o por comprensión de la actividad, pero podrían estar subutilizadas.

Reubicarlas, ponerlas a jugar, cambiarles encargos simples por encargos de impacto, desataría fuerzas importantes. También se destapan compuertas de alto potencial cuando se participa a esas personas clave en el rediseño de las actividades críticas, para aprovechar su conocimiento de primera mano y su juicio sobre las circunstancias actuales.

Existen también personas con los conocimientos, las destrezas y las actitudes requeridas para ser clave, pero están ahí esperando a ser descubiertas y puestas en funciones de mayor contribución.

Importar competencias hacia la empresa toma tiempo y tiene un costo. Con mucho menor costo –y con efectos mucho más inmediatos– es posible movilizar los talentos existentes.

Pero esto no lo logra la capacitación tradicional. Esto requiere de esfuerzos menos estereotipados, más innovadores. Requiere personas dispuestas a salirse de la rutina, a examinar creativamente cómo se abordan las actividades clave, a operar sinérgicamente en pequeños grupos de trabajo.

Esto, unido a un esfuerzo por verificar que se estén poniendo los mayores esfuerzos en las actividades de mayor contribución, puede darle un empujón a la productividad y llevar a una mejor situación de competitividad.