¿Desempeña usted una asesoría formal a la Presidencia?
Formalmente no. Cuando ella desea discutir un punto conmigo, yo colaboro.
De fuera, ¿qué opinión tiene de la estrategia de comunicación del Gobierno hasta ahora?
Se le ha dado más prioridad a lo sustantivo, que es organizarse para gobernar. Ya le va llegando el tiempo a fortalecer la comunicación en la Presidencia.
¿No le ha hecho falta en estos cuatro meses?
Eso habría que que preguntarlo a la gente.
A falta de una encuesta, ¿qué percibe usted?
La Presidenta tiene una muy buena imagen. La gente la siente muy cercana. Esto ayuda a este período mientras se desarrollan la estrategia y los medios técnicos.
¿Debería haber un equipo asesor en estrategia política?
Hay un grupo natural con los vicepresidentes, el ministro Vargas y ella, por supuesto.
Con varios titubeos, cabe preguntarse si funcionan.
Influye el que ha habido muchos temas sustantivos. Además, quizá la gente esperaba continuidad y creía que nada debía empezar, pero las facetas iniciales han sido necesarias. Los primeros meses requieren organizar y armar equipos para funcionar fluidamente.
Entonces, ¿no se trataba de dar continuidad de gobierno?
La hay en grandes áreas, pero cada presidente tiene su estilo.
¿Es una desventaja optar por el modelo del diálogo?
Cada presidente tiene su estilo, y cada Presidencia. En ella está marcado por el diálogo, pero también por los tiempos en que le correspondió gobernar pues los problemas de inseguridad están dificultando todo.
¿Ha sido conveniente la distancia entre ella y los Arias?
En la política hay vaivenes y acomodos, pero en la realidad son muy cercanos.
Pero parecen estar lejos...
Le repito: en la política hay vaivenes y acomodos.