Brasil intensifica inversiones en empresas jóvenes de tecnología

Fondos de riesgo de Silicon Valley se interesan poco por firmas brasileñas en sectores claves para la innovación

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rio de janeiro En los últimos años, las empresas emergentes brasileñas han empezado a atraer a selectas firmas de riesgo de Silicon Valley. Sin embargo, en el proceso, se han ignorado a prometedores segmentos tecnológicos.

Aunque las firmas privadas invierten prontamente en comercio electrónico y otras áreas de moda, se están abandonando campos como la nanotecnología, la robótica y la tecnología informática, consideradas críticas para transformar la economía de exportación de materias primas y dependiente en el consumo de Brasil.

En lugar de dejar el financiamiento de la innovación exclusivamente en las firmas de inversión privada, funcionarios brasileños decidieron hace varios años intensificar y guiar a las compañías nacientes. Y en el 2007, el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, el BNDES, empezó Criatec I, fondo de capital de riesgo de 100 millones de reales, o cerca de $48 millones, para 10 años, dirigidos a las empresas emergentes. Se invita a las firmas extranjeras de capital de riesgo para que hagan inversiones posteriores. Ninguna lo ha hecho aún.

Más bien, Brasil ha intensificado su esfuerzo por promover el crecimiento de la tecnología. El Banco otorgó hace poco un fondo nuevo de 186 millones de reales, u $89 millones, a Icone Investments. El BNDES proporciona la mayor parte del capital, con contribuciones de bancos públicos regionales.

Aunque el Gobierno lidera, no se debe a la falta de interés del capital privado de riesgo. En los dos últimos años, Redpoint Ventures, Accel Partners y Sequoia han estado activas aquí, al igual que Peter Thiel, Dave McClure, así como inversionistas europeos e israelíes. No obstante, BNDES cree que sigue habiendo un gran vacío en el financiamiento de las primeras etapas.

“Están invirtiendo vorazmente en todas las cosas de pegar y copiar, en los imitadores. Realmente no les interesa la innovación tecnológica”, contó Robert E. Binder, cuya firma privada, Antera Resource Management, maneja el fondo inicial de Criatec junto con Inseed Investment, con sede en Sao Paulo.

Cerrar el déficit. La innovación es un asunto urgente en Brasil, dicen economistas. Según el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo Industrial, este año, hasta setiembre, el país tuvo un déficit comercial de $38.700 millones en productos con un gran componente tecnológico, un incremento respecto del año anterior. La economía de Brasil es altamente vulnerable ante la incertidumbre económica mundial, lo que se refleja en las cifras sobre el crecimiento en el tercer trimestre.

Un cambio demográfico que se avecina también es una inquietud. Se espera que disminuya la población de Brasil y envejezca cada vez más para el 2030, lo que, potencialmente, tensará los recursos gubernamentales.

Las firmas de capital de riesgo que invierten en el auge de las empresas emergentes brasileñas consideran a Criatec como una entidad bien intencionada. Eric Acher, socio fundador en Monashees Capital, dijo que es “una gran experiencia de aprendizaje que se centra en la innovación”.

Anderson Thees de Redpoint Ventures también elogió el fondo.

“Es probable que toquen pronto muy buenas oportunidades”, dijo. No obstante, estos fondos de riesgo y otros todavía tienen que unirse con Criatec en las inversiones.

Por ejemplo, Criatec busca compañías que desarrollan tecnología y que tienen la propiedad intelectual que se puede licenciar o conservar, dijo Thees. “A Silicon Valley le interesa menos eso”, añadió.

Acher estuvo de acuerdo: “No creo que por el momento Silicon Valley esté buscando innovación en la tecnología en Brasil”, y agregó que el rendimiento aún no justifica el nivel de riesgo implicado.

Brazo estatal. Banco BNDES esperaba tal aversión al riesgo cuando creó Criatec. “Ni siquiera los fondos brasileños mostraban interés en las compañías en sus primeras etapas”, dijo Eduardo Rath Fingerl, uno de los diseñadores del fondo. “Sabíamos que tendría que ser un esfuerzo totalmente de BNDES”.

BNDES, o Banco Nacional do Desenvolvimento (Banco Nacional de Desarrollo en español) ha tenido un papel importante desde hace mucho en el ascenso de Brasil.

Establecido en 1952, el Banco de Desarrollo financió inicialmente la infraestructura importante. Su alcance y tamaño aumentaron considerablemente con el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien pensó que Brasil necesitaba de las multinacionales con marcas para ganar respeto en ultramar.

En el 2003, el Banco distribuyó $11.700 millones, pero para 2010, esa cifra se había disparado a $96.300 millones. Ha otorgado créditos subsidiados a la mayoría de las grandes compañías brasileñas, incluidas la gigante del petróleo Petrobras y la minera Vale.

El Banco también ha apoyado a empresas extranjeras, como American Airlines, a la que dio $3.000 millones para comprarle aviones a Embraer, fabricante brasileño.

Su predominio aquí ha generado críticas. Algunos sostienen que el banco gubernamental tiene prioridades equivocadas, que incluyen al financiamiento de fusiones y adquisiciones, el cual se debería dejar al sector privado.

“Los créditos a largo plazo siguen siendo un problema en Brasil”, dijo el economista brasileño Mansueto Almeida. No obstante, “Brasil hoy es muy diferente de lo que fue hace 20 años. Tiene mercados de capital muy activos”.

No obstante, Criatec es uno de los programas más reducidos y menos polémicos del Banco.

Almeida dijo que con esta iniciativa “se trata de hacer lo correcto. Eso es exactamente lo que uno espera de un banco de desarrollo”.

Primeros guiños. Criatec I ha tenido un lento camino de éxitos. Ebix, la empresa que cotiza en bolsa, adquirió a Usix Technologies, firma de tecnología en el sector de seguros que recibió respaldo de Criatec en el 2010.

También ha apoyado a compañías con promesa, como Amazon Dreams, que ha desarrollado técnicas patentadas para producir acai y otras bayas con un mayor contenido de antioxidantes.

Algunos inversionistas extranjeros empiezan a estudiar la cartera del Criatec I.

Intel Capital, el brazo empresarial del fabricante de chips, evalúa la ubicación de Geofusion, la compañía de programas informáticos de inteligencia, según una persona informada sobre las conversaciones, quien solicitó el anonimato porque están en curso las negociaciones.

Kleiner Perkins Caufield & Byeres mostró interés este año en la empresa emergente de pesticidas Bug Agentes Biológicos, pero dijo que primero necesita tener ingresos por $10 millones.

Ahora, esa compañía está discutiendo una sociedad estratégica con Bio-Bee Biological Systems de Israel. Sin embargo, tales contratos potenciales vuelven a indicar que las firmas extranjeras de capital de riesgo todavía no se acercan a las pequeñas empresas emergentes.

“Todas quieren encontrar a estas compañías con ingresos por $10 millones a $15 millones, pero simplemente no hay flujo de inversiones de ese tamaño”, señaló una persona familiarizada con los planes de acercamiento de Kleiner Perkins, quien también pidió el anonimato porque son privadas las conversaciones.

Con base en estimaciones de 2012, solo una de las 33 compañías de Criatec I cruzará el umbral de los $10 millones en ingresos. Por ejemplo, los de Amazon Dreams todavía son nimios a pesar de la popularidad sanitaria que tienen las bayas acai en Estados Unidos.

El BNDES también estableció un fondo para ayudar a los académicos con grandes ideas, pero que no tienen el mismo éxito para obtener financiamiento del sector privado, cosa que sí tienen los emprendedores.

“Brasil tiene mucha inteligencia”, dijo Rath Fingerl, quien se retiró de BNDES el año pasado, pero “la gran dificultad es tender un puente entre las comunidades científica y empresarial”.