La música no tiene edad ni nacionalidad y menos cuando se trata de buena música. Así pudo observarse en el concierto que dio anoche Bob Dylan.
Lo anterior porque jóvenes, adultos y hasta extranjeros hicieron fila ayer en el Palacio de los Deportes, Heredia, para escuchar a la estrella estadounidense.
Por ejemplo, Erik Altamirano, de 19 años, llegó desde las 8 a. m. para escuchar los temas de este artista al que sigue desde hace cinco años. No le importó tener que esperar muchas horas ni soportar el aguacero que enfrió la tarde, por el contrario, estaba sorprendido porque poca gente había llegado a hacer fila desde temprano como él.
Otro que optó por llegar antes del mediodía fue Rolando García, quien esperaba emocionado al músico al que admira desde hace unos seis años. “Me encanta la influencia que Dylan ha tenido en la música y como ha logrado marcar a otros artistas”, aseguró este muchacho de 20 años.
Fhep Kinfman, de 57 años, tampoco quiso perderse la presentación de su coterráneo. De hecho, este estadounidense que vive en San Isidro de Heredia desde hace 15 años, aseguró que el fanático de la música de Dylan desde hace cuatro décadas.
“Ya lo he visto unas tres o cuatro veces y ahora por fin él viene a Costa Rica. Me gustan mucho las letras de sus canciones”, detalló.
Pero hubo personas que fueron más allá y que incluso viajaron cientos de kilómetros para poder presenciar este concierto.
Tal es el caso de Marie Franklin, una fanática que vive en Panamá y que contó que llegó el jueves para poder tener la oportunidad de ver en vivo a esta gran legenda de la música.