Una potente voz se dejó escuchar por cada rincón de La Guácima. Llegó de Islandia y ofreció un concierto, de hora y media, con música orgánica, artesanal... de esa que no se esconde bajo beats fabricados: Björk se dejó ver en cuerpo y alma.
A las 8 p. m., la excéntrica cantante subió al escenario acompañada de un númeroso grupo de coristas. Björk, más pequeña de lo que muchos creían, estaba vestida de azul y su pelo reflejaba un intenso tono naranja.
Cosmogony comenzó el repaso musical de la islandesa y de una sola vez su inigualable voz dejó claro el porqué de su reconocimiento mundial como una de las mejores artistas del género alternativo.
Una nube de cámaras de celulares comenzó a brillar entre la oscuridad que rodeaba al público asistente. Atentos a cada movimiento de Björk, la multitud se dedicó a escuchar en silencio a la intérprete... silencio que solo se rompió al final de cada una de las piezas.
Vale rescatar que aunque gran parte de los asistentes estaba frente a la tarima E de la zona de conciertos (lugar donde estaba Björk), muchos esperaban en la tarima oeste la presentación de LMFAO.
Un “gracias” constante fue la manera en la que Björk agradeció a su público. La islandesa se dejó mover por el escenario y sus coristas se convirtieron en bailarinas por instantes, al son de algunos temas.
Un órgano ubicado en el centro del escenario enmarcó el sonido de la mayoría de los temas interpretados por la cantante.
El paseo musical de Björk destacó temas de su más reciente disco Biophilia , el cual se ha convertido en el eje de su más reciente gira mundial de conciertos.
Hunter , Hidden Place , Pagan Poetry y Declare Independence fueron de los éxitos más conocidos que la islandesa ofreció en su recital.
Aunque en un comienzo, el circuito cerrado transmitió lo que sucedía en la tarima, pronto este dio paso a una serie de videos que elevaron la majestuosidad del primer concierto que la europea dio en suelo nacional.
La presentación transcurrió en medio de la admiración de muchos de los presentes por la calidad vocal de la artista.
Sin llegar a tener mucha interacción con el público, Björk concluyó su concierto; aún así sus fanáticos estaban agradecidos por haberla visto en vivo.
Dosis diversa. Las notas electrónicas de la jornada dominical del Festival Imperial se salieron de la tarima El bosque, para, por algunos momentos, tomar el escenario E bajo el sello del grupo Thievery Corporation.
La hora para que el proyecto subiera a escena se respetó. A las 5:45 p. m., con el apoyo de videos proyectados en la pantalla gigante colocada en la parte de atrás del escenario, comenzó el viaje por melodías con claras influencias del dub , el acid jazz , la música con origen en la India y Brasil.
Por más de una hora, Thievery Corporation convirtió a la zona del concierto en un gran lounge .
Apoyados por dos vocalistas (las cuales se alternaron con cantantes de reggae y hip hop ), el proyecto encabezado por el dúo estadounidense de Dj y productores musicales, ofreció sus temas.
Ya para después de las 6 p. m., La Guácima se mostró con su mayor capacidad durante la jornada musical de ayer.
Temas de James Brown (como Get Up Offa That Thing ) adquirieron nuevos matices con la ayuda de una banda conformada, principalmente por percusionistas.
“¿Cómo se siente Costa Rica?” y “¡Pura vida!” solo recibieron más aplausos para apoyar a quienes preparaban el ambiente para ver a la esperada Björk.
No quedaba duda de que la fiesta musical, entre Thievery Corporation y el público, fue fácil de armar, no solo por las pistas bailables, sino por el alto grado de alcohol –y la influencia de una que otra droga– de muchos de los presentes.
Los estadounidenses llevaron al público por un fugaz viaje, por momentos románticos (baladas) y otros llenos de energía ( raperos ) con el del tema Life and Death o algunas más pop como The Heart’s A Lonely Hunter y Walking Through Babylon .
La fiesta musical de Thievery Corporation se prolongó por más de una hora.