Bien en las encuestas, mal en la cancha

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Aunque la última encuesta de Unimer confirma que Saprissa es el equipo que tiene más seguidores en el país, también resulta evidente la decadencia futbolística del conjunto morado.

Hace unos cuantos meses, los tibaseños cerraron la peor campaña de toda su historia: quedaron en el penúltimo lugar del torneo (no ocupaba ese puesto desde 1949) con un pobrísimo rendimiento del 33 por ciento.

Este desastre deportivo, con ribetes de verguenza, caló en lo más hondo del saprissismo, al punto de que la feligresía morada se ha mantenido alejada de la Cueva del Monstruo durante gran parte del presente torneo.

Una de las escasas excepciones ocurrió el pasado martes, cuando los seguidores del Saprissa llenaron el estadio con la esperanza de ver un milagro en la seminal de la Liga de Campeones de la Concacaf, ante el Real Salt Lake.

Pero esta vez no hubo hombrada, ni saprihora , ni los gringos se amilanaron con la supuesta presión de la Cueva .

Saprissa, para no defraudar, ejecutó a la perfección su juego confuso, predecible y falto de empuje de los últimos meses.

De nuevo, quedó en evidencia que el conjunto morado no tiene laterales idóneos para galopar por las bandas, que su mediacancha agotó hace mucho el presupuesto de ideas y que su delantera carece de fuerza y fantasía.

Lo único rescatable, aparte de las ganas que ponen los jugadores y algunas individualidades, es la zona defensiva que pareció mejorar con la llegada de Óscar Duarte y Roberto Wong. Sin embargo, la defensa todavía está en proceso de construcción.

¿Contradictorio?

Pese a la realidad deportiva que atraviesa hoy el equipo dirigido mucho tiempo por don Ricardo Saprissa, la última encuesta de Unimer señala que el porcentaje de aficionados del Monstruo creció en los últimos cinco meses.

Este resultado no es, necesariamente, contradictorio. Refleja parte de la idiosincracia de nuestra hinchada y, de paso, del país.

Tal parece que al saprissista, como buen tico, solo le bastan algunos buenos resultados y uno que otro juego de medio ver, para olvidarse de los problemas de su equipo e ilusionarse de nuevo. ¿Les parece conocido?

No en vano vivimos en el país más feliz del mundo, donde todo lo matizamos con la chota nuestra de cada día y logramos evadirnos con mucha facilidad de la realidad con el “pura vida”.

Esta práctica, que se extiende como hiedra por todos los rincones de nuestra sociedad, es la que nos lleva a disimular la mediocridad y el desorden, y a llenar los estadios para ver futbol malo.

Por eso Saprissa anda bien en las encuestas y mal en la cancha.