Beatles a ¢0,25

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Yo tenía 13 años cuando salió el primer sencillo de The Beatles, Love Me Do, hace medio siglo. Sin embargo, mi admiración por el cuarteto nació más tarde, cuando mi vecino Álvaro Richmond me invitó a las presentaciones y ensayos de The Skyppers, un grupo suyo de Tres Ríos, que interpretaba algunos temas de Los Beatles.

En ese tiempo tenía que conformarme con escuchar al cuarteto por radio, aunque también en algunos bailes y restaurantes dejaban escuchar una pieza de ellos al meter una peseta (moneda de ¢0,25) en la rockola .

El primer disco LP o acetato que compré fue A Hard Day’s Night , que me costó ¢40 a crédito. Lo adquirí en la discoteca Ringo, ubicada 25 metros al norte del hotel Balmoral.

Ahí hice amistad con los dueños del local y les seguí comprando los siguientes discos: Please Please Me, The Beatles 1962-1966, Yellow Submarine, The Beatles Again y el Abbey Road.

En esa misma época exhibieron en el cine Moderno la película Yellow Submarine . Recuerdo que me sorprendí al ver que era una caricatura, pero me gustó tanto que la vi dos veces.

Yo siempre llevaba mis discos a las fiestas y bailes que hacíamos en algún salón o en casas. Con el tiempo, me casé y me trasladé a vivir a San Diego de La Unión con todo y discos. Así le transmití la “beatlemanía” a mi familia y amigos que, incluso, llegaban a casa solo para escuchar la música del grupo.

Para mí, la muerte de John Lennon fue un fuerte golpe, ya que todavía soñaba con el reencuentro del grupo. Mas mi esperanza de una reintegración se terminó con el fallecimiento de George Harrison en el 2001.

Aun así, mi afición por Los Beatles continúa. Mis hijos me han ido obsequiando CD’s pero además yo mantengo mi equipo de sonido antiguo para escuchar los acetatos y casetes; también conservo algunos recuerdos y recortes.

El año pasado, mi hija mayor me llevó al Teatro Nacional, al tributo que rindió a Los Beatles la Orquesta Filarmónica, y fui al cine Magaly a ver la película Mi nombre es John Lennon . A principios de este mes, cumplí años y mi familia me lo celebró con un queque especial con la leyenda ‘The Beatles’.

Mi último deseo es que, cuando el Señor me llame a su lado, en mi funeral interpreten alguna pieza de ellos. Podría ser All You Need Is Love, Imagine o My Sweet Lord ... muy apropiada para ese momento.