Esta semana, los bancos comerciales del Estado presentarán al Banco Central la política de captación que aplicarán a los grandes ahorrantes –principalmente entidades públicas– con el objetivo de evitar que la competencia por atraer estos clientes presione al alza las tasas de interés.
Según confirmó el presidente del Banco Central, Rodrigo Bolaños, en el transcurso de esta semana se reunirán con las instituciones financieras estatales para discutir el detalle de las reglas.
Esta directriz fue una de las dos principales medidas que emanaron desde Casa Presidencial, a mediados de enero, para tratar de reducir las tasas de interés en colones y desincentivar el ingreso de capitales financieros al país.
La otra fue un proyecto de ley que, entre otras cosas, permite elevar hasta un 38% el impuesto sobre la renta que grava los rendimientos pagados a personas no domiciliadas en Costa Rica.
Mario Rivera, gerente del Banco de Costa Rica, confirmó que un equipo formado por representantes de los tres bancos estatales y el Banco Popular, ha venido trabajando en las reglas. Sin embargo, prefirió reservarse los detalles.
“Valoramos varias alternativas, de manera que, por un lado, demos un rendimiento adecuado a esas inversiones que son importantes, pero además un rendimiento razonable que no influencie sustancialmente al mercado, que es lo que se busca con la directriz”, explicó Rivera.
El objetivo de la directriz es que los bancos estatales dejen de competir entre ellos, con tasas de interés cada vez más altas, para atraer los recursos de grandes depositantes, en particular de las instituciones públicas. Se espera que eso reduzca la presión al alza sobre la tasa básica pasiva.
Red de contención. Por su parte, el arma que el Gobierno activó para disuadir la llegada de capitales financieros –el proyecto de ley– ya se encuentra en la Asamblea Legislativa y el próximo martes estará en el orden del día de la comisión de Asuntos Hacendarios.
Para Luis Liberman, vicepresidente de la República, con solo anunciar la medida se comenzaron a sentir los efectos.
El viernes pasado, el Banco Central cumplió 10 días sin intervenir en el mercado mayorista de dólares para defender el piso de la banda cambiaria (¢500).
“La gente está esperando (que el proyecto de ley se apruebe) y si esto se demora mucho se dará cuenta que no es serio y comenzarán a hacer fiesta con nosotros, que es lo que queremos evitar”, manifestó Liberman.
Pese a ello, el plan de ley ya levanta roncha, particularmente en la fracción del Movimiento Libertario, donde se anunció que será necesario hacerle cambios.
“Yo tengo muchas observaciones de ese proyecto, ya se las hice al ministro (de Hacienda) junto con el jefe de fracción y nos va a decir qué acepta y qué no”, aseveró Patricia Pérez, diputada libertaria. Colaboró: Esteban Mata