Reality. En apariencia, Gladiadores Mundiales era un programa con el simple propósito de hacer puente entre los dos juegos diarios del campeonato mundial de fútbol. A simple vista, parecía un triste programa de concursos para adultos infantilizados, pero ya entrado en calor, los televidentes tuvieron un giro inesperado y descubrieron un reality show .
Así, de un momento a otro, toda la primera parte cobró sentido, pues en las dinámicas de juego habían conocido los perfiles psicológicos de los personajes, ya no de los participantes.Lo curioso del proyecto es que este tipo de programas se hacen pensando en la teoría de programación de flujo, según la cual hay que hacer productos para que los televidentes continúen en la frecuencia del canal y no escapen de la sintonía entre los programas de más audiencia del día. Sin embargo, el resultado plantea efectos más interesantes. Mientras Teletica ganó con soltura la audiencia durante los partidos, Gladiadores atrajo más público que los programas de canal 7 a la misma hora y reveló también una audiencia familiar mañanera, lo cual es un hallazgo agradable, pues estamos más acostumbrados a ver la mañana como una tele femenina.Planteados los concursos por grupos en competencia, hubo un momento en que el programa se desprendió de las dinámicas y prestó más atención a las relaciones entre los concursantes, que eran de cooperación y de competencia, y se convirtieron de amor y de odio, como se espera en un reality , gracias a la escogencia previa de las participantes, que se meten en convivencia para despertar, “naturalmente”, la fuerza dramática de las contradicciones de sus personalidades.En especial, me pareció atrayente La Pana , personaje que disparó los conflictos. Primero fue atacada, presionada y expulsada por los compañeros que tuvo como equipo y, luego, tuvo un regreso triunfal a un equipo contrario, donde potenció su colaboración y reveló su coraje para enfrentar dificultades. Ella tiene, además, gran expresividad y logró transmitirle, al televidente, las tensiones entre los compañeros, de tal manera que su relato involucrara también al televidente. En estos programas, los personajes que mejor interiorizan sus emociones y mejor saben relatarlas tienen más oportunidades de encontrar empatía con el público, pues uno necesita que le refuercen las motivaciones, ¡lógico! Visto en conjunto, el programa cobra un sentido diferente y alguna parte del gran público se dio cuenta. Durante el mes, mientras canal 6 tenía 10,1 puntos de rating de hogares, canal 7 tenía 8,2 y, la última semana, Gladiadores subió a 12,8 y los programas de Teletica a esa misma hora tuvieron 9,2.Entiendo que esos números corresponden al público de hogares, lo cual demuestra que hay un potencial de hombres y de jóvenes interesados en encender la tele, con tal de gozar algo en pantalla.¿Era todo previsto? Creo que sí porque todo terminó bien armado. A mí me sorprende el programa desde su aspecto narrativo. Obviamente, los juegos y la dinámica propia de cada uno de ellos no fueron tan elaborados como los programas de concursos de mayor producción que vemos en cable.Algunos recursos técnicos o logísticos pudieron ser mejores, pero en tele todos esos problemas se resuelven con dinero y, tal vez, el programa fue tan corto que no tuvo tiempo de revelarse como lo que llegó a ser: un instrumento de entretenimiento fuerte de las mañanas.Ahora, Teletica anuncia otro programa de concursos, esta vez los domingos, y me queda la intriga de saber si será una versión refrescada de Fantástico o algo más interesante.No sabemos, por ejemplo, si Geovanny Linares va a salir en personaje como animador o va a mostrarse con naturalidad. Veamos qué sucede.