Artista y obra / Marionetas

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Después de vivir 60 años en los Estados Unidos, donde me formé profesionalmente, decidí regresar a mi tierra natal, Costa Rica. Aquí fui invitada a exponer nuevamente en una de las galerías que me representa, la Tory Folliard Gallery, de la ciudad de Milwaukee (Wisconsin). Esta exposición se inauguró el 7 de setiembre, y para ella presento 13 cuadros en acrílico sobre panel preparado con arcilla blanca o con yeso, y en papel.

El cuadro que se ve en esta página forma parte del grupo de obras que viajaron conmigo a la exposición. La obra se llama El mundo de las marionetas ; la pinté en acrílico y mide 16 x 20 pulgadas. Opté por este cuadro pues el tema alude a situaciones personales que experimenté al regresar a mi país.

Tras 60 años de vivir fuera, al volver me sentí como una marioneta en un escenario desconocido: descentrada y manipulada. En el cuadro aparecen cuatro marionetas y varios personajes. Algunos representan la bondad (el Ángelo), la maldad (el Diablo), un señor y una señora (los padres), y varias figuras en el fondo, que representan a personas amarradas a los mecates del marionetero (la sociedad).

También aparecen un hombre con cara de gato que acecha, y una madre con su niño. Otra mujer lleva un chumpipe grande y teme que se lo quiten (glotonería). Una niña (la inocencia) es engatusada por un hombre con cara de zopilote carroñero (el acecho a los inocentes). Un ciclista escapa a toda velocidad. También aparece una vieja que grita (yo).

El medio que utilizo es el acrílico, y la técnica proviene de la tradición renacentista. Primero esbozo el tema o la idea con un pincel. Generalmente no utilizo dibujos preparatorios, sino que voy desarrollando la idea y dejo que la intuición me lleve, lo que significa que el tema puede variar conforme trabajo.

Una vez esbozada la idea, paso una capa muy diluida de color mezclado con una emulsión y agua. Vuelvo sobre el tema central, y, con pinceles muy finos, construyo las formas del dibujo y desarrollo la idea con mayor detalle. Dejo secar el cuadro y nuevamente le paso una capa transparente de color. Este proceso lo repito varias veces. La idea de aplicar varias capas es construir paulatinamente un efecto de profundidad atmosférica.

Las capas o “veladuras”  pueden ser de colores fríos o cálidos. Para esto utilizo colores “fríos”, como el verde o el azul thalo, y el alizarim crimson o el rojo óxido transparente para los cálidos. Al finalizar el cuadro, le paso un “glaze” de amarillo cadmio muy diluido, que sirve para dar luminosidad a la obra y a la vez protegerla.

En realidad, podría decir que todo es bastante simple: con medios acrílicos alterno las "transparencias” o “veladuras” de color frío o cálido diluido, y paralelamente trabajo con mucho detalle el “tema central” del cuadro.

Entre los artistas en los que me he inspirado están Sandro Boticelli, Max Ernst, Dorotea Tanning y Remedios Varo. Mi trabajo ha sido caracterizado como “realismo mágico”, aunque yo prefiero decir que es intuitivo y “muy yo”.