Arias pidió flexibilidad para ‘un amigo’

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Estados Unidos intentaba torcerle el brazo al Gobierno de Costa Rica para que atara algunos cabos sueltos en la agenda complementaria del TLC, mediante una nueva ley.

Esta posibilidad aterrorizaba a los partidarios del Tratado: a esas alturas (junio de 2008) la coalición de 38 diputados estaba muy frágil como para ponerle sobre los hombros la aprobación de otro proyecto. Costa Rica sugería, en cambio, hacer el remiendo con reglamentos.

En medio de un estira y encoge con Everett Eissenstat, asistente para América del Representante de Comercio de EE. UU., Óscar Arias hizo una aparición “breve y sorpresiva”, según la califica un cable diplomático.

La cita fue en Casa Presidencial, Zapote. Arias enfatizó que Estados Unidos “no tenía mejor amigo” que Costa Rica. Y entonces lanzó la petición: “Si Estados Unidos puede ser flexible con sus enemigos, ¿por qué no puede serlo todavía más con sus “amigos”? Se refería a unas pláticas de Washington con Corea del Norte en esos días.

El mandatario dijo que no podía pedirle a la Asamblea una nueva ley. Estados Unidos insistía en que sí. Y, ¿quién ganó este pulso? El 15 de diciembre el Gobierno tico presentó en el Congreso un nuevo proyecto sobre el TLC, el número 14. Al Ministerio de Comercio Exterior se le vino el mundo encima por hacerlo tan a última hora.

Aplicación interactiva con los cables en cifras