Es precisamente esto lo que ha puesto sobre el tapete el reciente acercamiento de Paris Jackson con su madre biológica Debbie Rowe, con quien se reunió el pasado 3 de abril, para celebrar sus 15 años.
Jackson inmortalizó el momento al publicar ese día una imagen en la que aparece muy sonriente junto a su mamá, y en la que decidió escribir: “Fue increíble volver a verla después de tantos años. La amo”.
Esto despertó la curiosidad de las autoridades, que hace algunos días llegó al rancho de Rowe, en Calabasas, California, para interrogarla sobre las circunstancias que rodearon la fatídica noche en la que la adolescente fue ingresada al centro hospitalario por intentar cortarse sus muñecas y consumir un coctel de un medicamento parecido al ibuprofeno.
Ante este hecho, la expareja de Michael Jackson, salió al paso de quienes la acusan y se defendió en su cuenta de Twitter: “Aquellos de ustedes que parecen buitres acechando para atacar a mis hijos pueden irse al infierno”.
Y es que la relación entre madre e hija parece ser lo único que recientemente le ha traído alegría a la joven, pues una información que publicó el Daily Mail se especula que saldrán a la luz algunos “trapos sucios”.
Se dice, que el más grave sería que la empresa AEG, encargada del último espectáculo de Michael Jackson, podría sacarle punta a las declaraciones de Paris durante el proceso –en el que la joven tiene que declarar como testigo– , ya que en realidad ella no es hija biológica del cantante.
Esto, más la poca posibilidad de verse con su madre, la escasa libertad para ir donde desea y el gran peso que conlleva el ser hija de Michael Jackson, parecen ser algunos de los factores que se conjugaron para que ella tomara la drástica decisión de no seguir viviendo. Sin embargo, ella ha demostrado en los últimos días el estar arrepentida por su actuar.