Alicia Alonso, la Prima Ballerina Assoluta de 90 años

La legendaria estrella de la danza llega a sus nueve décadas con tanto vigor como el de una joven bailarina y asegura que aún tiene muchas cosas por hacer

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A punto de cumplir sus 90 años, Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez del Hoyo – conocida como Alicia Alonso– Prima Ballerina Assoluta del Ballet Nacional de Cuba, sigue su carrera dentro de la danza clásica con tanto ímpetu y energía como en sus mejores años.

No ha llegado el día, persona o circunstancia que detenga el paso de la que es considerada una leyenda de la danza, y que este 21 de diciembre llega a sus nueve décadas, siendo la única mujer americana en ostentar el título que la acredita como una de las más notables bailarinas del mundo.

“¿Qué me queda por hacer? Mucho más. Yo creo que una persona siempre tiene mucho más por hacer. Por eso existimos, porque tenemos que hacer cosas, dar, crear”, dijo Alonso, quien bailó hasta los 72 años y quien desde los 19 años quedó parcialmente ciega, en declaraciones a EFE, en La Habana.

Sin embargo, ¿qué es lo que ha hecho de esta cubana un hito dentro del arte del movimiento?

Marta Ávila, crítica de danza de La Nación, destacó dos grandes puntos: su trayectoria y su trabajo tenaz por llevar a la danza a cada uno de los rincones de Cuba.

Si se trata de experiencia, para hablar de Alicia Alonso es indispensable referirse al American Ballet Theater, compañía que la sacó del anonimato y la catapultó al máximo reconocimiento por su interpretación de Giselle, en 1943.

También hay que hablar de su paso por las verdaderas cunas de la danza clásica, como el Bolshói, o el Kirov, en Rusia, donde se convirtió en la primera bailarina americana en ser parte de sus elencos.

En cuanto a sus aportes, como fundadora del Ballet Nacional de Cuba, esta artista desarrolló un fuerte trabajo de extensión a las comunidades, de tal manera que hoy, hablar en la isla caribeña de ballet, es tan apasionante como para los costarricenses hablar de futbol.

“Recuerdo una vez que visité Cuba y tomé un taxi para ir a uno de los teatros. Cuando le dije al taxista para donde iba, él, con toda propiedad, me hablaba de los espectáculos y sus bailarines favoritos; eso pasa en ese país porque personas como Alicia Alonso se encargaron de llevar el arte a todo lado”, contó como anécdota la crítica.

Esa labor, el pueblo se la reconoce. Según contó el bailarín costarricense Gustavo Vargas, quien estudió en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, cada vez que Alicia Alonso llega a un teatro en ese país, antes de que se inicie el espectáculo, el público le dedica al menos un minuto completo de ovación.

Ahora, si se trata de hablar como maestra o coreógrafa, sus pupilos y colegas la describen como una profesional estricta, disciplinada, pero sobre todo carismática.

“Yo fui becada en Madrid para estudiar en la Cátedra de Danza Alicia Alonso; ahí comenzó mi vínculo con Alicia. Ella siempre se ha preocupado de mi desarrollo como artista. Ha seguido mis pasos desde siempre, sin dudar en llamarme cuando gano premios para felicitarme y compartir mi alegría”, dijo Maruxa Salas, integrante de la compañía SólODOSneodans, agrupación invitada a la última edición del Festival Internacional de Ballet de Cuba, que Alonso organiza.

Por su parte, el costarricense Erick Jiménez, también integrante de este grupo dijo: “Las últimas veces que coincidí con ella fue en la ciudad de Vigo (España), durante una gira del Ballet Nacional de Cuba, donde después de la actuación fui a saludarla con mi mujer y me sorprendió el cariño y la memoria estupenda que tiene; su marido Pedro Simón le ayudaba a caminar por un pasillo estrecho y ella utilizaba sus manos para tocarnos la cara y reconocernos”.

Para Alicia Alonso, tanto éxito a estas alturas de su vida es producto del amor a la vida, al ser humano y a la danza, por lo que les recomienda a las nuevas generaciones de bailarines entregarse al 100%.

“Hasta cuando caminas tienes que estar pensando en el ballet (...). Uno tiene que vivir completamente enamorado de su carrera. Y vale la pena”, asegura.

Al preguntársele sobre cómo quiere ser recordada, la diva cubana le dijo a EFE que no tiene ninguna predilección especial: “Me bastaría con que me recordaran; eso es todo, que no me olviden”.