Alemania produce auto que se conduce con la mirada

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Berlín (AFP). Un vehículo dirigido únicamente con la mirada es posible, según el prototipo que desarrolló una universidad alemana, bautizado "Spirit of Berlin", que realizó pruebas de manejo hoy en la pista del desafectado aeropuerto de Tempelhof, en el sur de Berlín.

Se trata de un minibus de marca Dodge adaptado por la Universidad Libre de Berlín (FU) para ser dirigido únicamente con la mirada sin que las manos tengan que tocar el volante.

Por el momento el prototipo da vueltas en la pista del aeropuerto desafectado. "Este tipo de vehículo está prohibido en las vías de circulación normales", indicó Raúl Rojas, de origen mexicano, informático y director del departamento de "inteligencia artificial" que desarrolla esta tecnología.

Su colega, que ocupó el lugar del conductor, se calzó un casco dotado con una cámara que enfoca los ojos. El más mínimo movimiento es transmitido a la computadora que lo transforma en un impulso enviado a la dirección del vehículo.

Abarrotado de captores, cables y procesadores, el vehículo es incluso capaz de perdonar una eventual falta de atención ya que si ninguna intersección está registrada en el lugar en que la vista del conductor se desvió de la ruta, el automóvil anula la orden de girar.

Bautizado "Spirit of Berlin", esta pequeña joya tecnológica, de unos 150.000 euros, es "un paso en la dirección del auto sin conductor", explica Rojas, llegado a Berlín hace 27 años.

El departamento de "inteligencia artificial" de la FU de Berlín figura, con las universidades estadounidenses de Stanford o de Carnegie Mellon, en los primeros lugares de las investigaciones en este sector, asegura.

Pero aun está lejos la producción en masa de este desarrollo, serán necesarios 20 o 30 años para que la tecnología madure y que los vehículos sean autorizados por los legisladores, estima Rojas.