¡Al fin', Alejandro Alvarado!

Reaparición Una laboriosa búsqueda logró dar con los familiares del autor del bolero ‘Al fin’

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El desaparecido cantante nacional Alejandro Alvarado nació en Orotina. Su padre, del mismo nombre, fue un conocido comerciante de esa zona que había hecho fortuna con almacenes y alquileres. La madre del cantante fue Lucía Vargas Alfaro.

Cuando Alejandro era aún niño, su tío Rafael Vargas Alfaro se trajo a buena parte de la familia para San José. En ese grupo venía Alejandro y sus hermanos Carlos y Luis, quienes estudiaron en el internado del colegio Don Bosco. La familia se asentó en el barrio Bolívar, al oeste de la ciudad.

Sin antecedentes musicales en los parientes, el joven Alejandro rápidamente se entusiasmó con el canto, una práctica que mantendría hasta el final de su existencia. Simultáneamente hizo estudios de contaduría, el oficio que combinó con su talento artístico de compositor, cantante y organizador de grupos musicales.

Vocación de cantante. Durante los años cincuenta, el impacto de los formatos musicales de tipo “sonora” – trompetas, bajo, piano y percusión– había tomado el gusto popular, con La Sonora Matancera de Cuba como agrupación emblemática. A partir de este modelo, Alejandro Alvarado se involucró en la primera organización musical de su carrera: La Sonora Josefina.

Con La Sonora Josefina, Alejandro Alvarado grabó el bolero Al fin , que se convertiría en su obra más perdurable. También grabó el célebre Merengue de Orotina , un homenaje a su tierra que fue recibido con gran entusiasmo por el público. Estas dos melodías no faltaban en ninguna rocola de los años setenta. Otras grabaciones de su etapa con La Sonora Josefina son los boleros Tu recuerdo y Deja esa vida , ambos de corte profundamente sentimental. Por su calidad, Tu recuerdo mereció mayor éxito internacional en el imprevisible mercado de la música popular. Todas estas interpretaciones son de su inspiración, un mérito que aún no se le ha reconocido a este artista costarricense.

El segundo experimento musical de Alejandro Alvarado se dio con el trío San Antonio, un grupo de guitarras que nació en La Esmeralda, el centro nocturno de cuerdas de aquellos días. Con este grupo grabó el vals Nostalgia y Ay, qué lindo es el amor . En este grupo se nota la presencia en los coros del gran cantante Francisco Loría.

Alejandro Alvarado vivió su etapa de mayor impacto popular con La Sonora Brasilia, un grupo esencialmente bailable, cuyo director era el músico Rafael Barrantes. En ese momento, el cantante ya contaba con un claro dominio del oficio y su comunicación con el público era envidiable. Realizó nuevas grabaciones que lo ubicaron entre los cantantes preferidos de aquella época. De esta experiencia es el bolero Acuérdate de mí y el porro Cabo e’vela .

La última fase de su carrera artística, Alejandro Alvarado la cumplió con la orquesta de Álvaro Morales; sin embargo, no dejó grabaciones con este grupo. Es interesante destacar que la voz y el estilo de Alejandro Alvarado se acoplaron más a los formatos musicales de menor dimensión y no tanto a la orquesta de gran cantidad de músicos.

El compositor olvidado. En el recuento de los compositores costarricenses rara vez aparece Alejandro Alvarado, aunque casi todo lo que compuso tuvo enorme suceso. Algunos con una sola melodía han alcanzado un sitio muy merecido en la historia de la música popular costarricense; sin embargo, cuando se trata de compositores nacionales, Alvarado ha pasado inadvertido para las nuevas generaciones.

La producción de Alvarado tiene una profunda raíz existencial, pues de su vida bohemia, salpicada de amoríos y noches interminables en las salas de baile del suburbio, nacieron las inspiraciones musicales que llevó al acetato. Quizás la enorme popularidad de su bolero Al fin opacó el resto de su producción musical. Todos estos factores se confabularon para marginar una obra de gran valor popular.

Alvarado fue un compositor diverso, más concentrado en la fuerza del bolero, pero con piezas muy bien logradas en los géneros del vals, el merengue y el porro.

Todo lo que se ha podido recuperar de su obra tiene el sello de la originalidad y el vuelo de los autores zarandeados por la angustia y el desengaño. Recordado como cantante de boleros de cantina, su valor como compositor de temas nostálgicos y románticos ha pasado inadvertido. Algunos intérpretes como Gilberto Hernández, Rafa Pérez, Ronald Alfaro y Manuel Chamorro, solo para citar algunos, han trascendido a través de los años, pero Alejandro Alvarado únicamente se quedó en la memoria de su generación, la que lo escuchó durante los años sesenta y setenta, principalmente. Ese es el estigma de algunos intérpretes de nuestra América.

Otras de sus composiciones conocidas son los boleros Ayer y hoy , Amarga realidad , Si comprendieras , Deja esa vida y La chunga de Carmen (chunga). Eran memorables los bailes de fin y principio de año en el quiosco del parque Central, cuando La Sonora Brasilia animaba esos festejos populares.

El mismo final de vida marcó esa tragedia de artista destinado a transitar hacia el olvido. Alejandro Alvarado se suicidó en la ciudad de San José, a principios de la década de los ochenta. Esporádicamente la radio programa su bolero Al fin , aunque su repertorio alcanza más de una docena de grandes melodías que no dejarán caer en el olvido total a nuestro cantante Alejandro Alvarado.