Al empresario que ofreció ‘jet’ lo ligaron con narco en Colombia

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Es un hombre de 46 años con negocios en Colombia y casado aquí durante unos pocos meses con una joven de 18 años y tres días, allá en los últimos días del 2006.

Es un colombiano naturalizado costarricense con domicilio en Pozos de Santa Ana, quien registra más de 100 ingresos al país en los últimos cinco años por viajes desde Praga, Madrid, Estados Unidos, Bahamas, Aruba, Brasil, Argentina o Frankfurt.

No se llama Gabriel Olafán, como dijo el ministro Francisco Chacón antes de dejar de serlo. Tampoco O’Falan, como dice en la tarjeta de presentación que mostró el ahora exvocero.

Se llama Gabriel Morales Fallón, un nombre que ha pasado cuestionamientos en su país por la presunta relación suya y de sus empresas petroleras con un reconocido narcotraficante apodado Chupete.

Aparece en publicaciones del diario El Tiempo y de la revista Semana , que en el 2007 tituló “Empresario enredado” . Fue acusado por estafa y por falsedad material, pero fue absuelto, según el viceministro Mauricio Boraschi.

“El computador de Chupeta terminó por implicar a Gabriel Ricardo Morales Fallón, un exitoso comerciante de carros, inversionista en petróleo, constructor y relacionado con la clase alta del país”, decía ese domingo la revista en su portada.

En ese momento, Morales ya había venido a Costa Rica. La primera vez fue en el 2005, como dijo tiempo después cuando pidió la residencia permanente, con el argumento de que ya estaba casado con una tica.

Exesposa. Ayer por la mañana, un periodista de este medio fue a la casa de ella, de apellido Quirós Badilla, en un barrio marginal de Cartago. Había aceptado ser entrevistada desde el martes, pero ayer en la mañana dijo que desde Colombia le pidieron silencio y le ofrecieron un abogado, por si acaso.

No dijo más sobre su exmarido, el hombre que estuvo sentado con Chacón, el pasado miércoles.

Morales fue ejecutivo de la empresa Thorneloe Energy, en Panamá, según una de sus escrituras. A nombre de esta compañía aparece a cargo el avión, propiedad de la empresa fabricante Cessna y de matrícula estadounidense.

Esta empresa cambió su nombre en noviembre pasado a THX, la que finalmente ofreció gratuitamente su aeronave matrícula N93CW para llevar a Chinchilla a Perú entre el sábado y el lunes, pero también en febrero a Venezuela para el funeral de Hugo Chávez.

Chacón lo calificó anteayer como “una persona seria”. Se le conoce también como un filántropo , de mano solidaria con organizaciones de niños, como la International Social Service, a la que en agosto del 2012 donó $10.000.