Agenda, maquillaje y consejos pasan por Irene Pacheco

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Hace ocho años, Irene Pacheco Alfaro llegó a apoyar a Laura Chinchilla en sus labores de jefa de campaña del entonces candidato liberacionista, Rolando Araya Monge.

Desde entonces, comenzó a cultivarse una buena relación de trabajo, pero sobre todo de confianza y lealtad.

“Yo me considero una persona, no voy a decir que indispensable, pero a la que ella puede acudir tanto para asuntos de trabajo como personales”, dijo Pacheco ayer en un breve momento de descanso.

Este viernes, antes del traspaso de poderes, ella acompañó a Chinchilla a una reunión familiar, a atender al príncipe Felipe de Borbón y luego a la reunión con el mandatario Óscar Arias.

Como desde hace ocho años, viaja a su lado en el carro mientras detallan asuntos de la agenda o para aprobar algún retoque en el maquillaje. Incluso, está pendiente de que Chinchilla tome un descanso o acuda a una cita médica.

Pacheco estuvo en las giras de campaña por todo el país, pero también iba a su lado cuando Chinchilla visitó a los presidentes centroamericanos, hace algunas semanas.

Una recomendación. De acuerdo con Irene Pacheco, después de aquel primer trabajo para la segunda vuelta electoral del 2002, la exdefensora de los Habitantes, Sandra Pisk, la recomendó con Chinchilla para que se la llevara a laborar a su despacho en la Asamblea Legislativa.

Fueron cuatro años de congojas y proyectos en una oficina pequeña del edificio Lamm, donde la entonces diputada en primer lugar por San José, Laura Chinchilla, tenía su oficina.

Luego, llegó el llamado de Óscar Arias y Chinchilla se fue al Poder Ejecutivo como vicepresidenta y Ministra de Justicia. El contrato para Irene Pacheco se prolongó.

Ahora, ambas vuelven a Zapote pero esta vez, a la oficina más importante de la Casa Presidencial.

“Yo voy a la Presidencia, en el mismo nivel en que estoy, el puesto que tengo es el que me gusta; es lo que sé hacer”, expresó la mujer de 54 años.

Todo esto lo dice aún incrédula del enorme paso que está dando su amiga y jefa, cuyo destino ha definido el suyo en los últimos años.

“Este es un momento de gran trascendencia. Ddespués del nacimiento de un hijo, diría que es uno de los momentos más importantes de la vida”, describió esta estudiante de Comunicación.

Según dice, una de las cualidades que más valora de Laura Chinchilla es que ni el tiempo, ni las experiencias, ni la gente importante con la que se relaciona, ni el nuevo rango, la cambian.

“Yo almorcé con ella el primer día en la Asamblea y ahora aquí. Es la misma persona”, afirmó ayer con satisfacción.

Todo esto –dice– lo comparte a diario con su esposo y sus dos hijos, quienes también observan con fascinación y asombro el histórico momento de que están siendo testigos y protagonistas.

“Mañana (hoy) nos van a acompañar en el traspaso. Yo les digo a ellos que vivan este momento porque es un evento increíble y porque difícilmente vamos a estar tan cerca de nuevo”, reflexionó Pacheco.

Para ella, esto no es más que lo que “Dios tenía escrito” y por eso no se cansa de agradecer al cielo el destino de trabajar junto a la primera mujer presidenta de Costa Rica.