Adiós, Jorge Duarte

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Lubín Barahona tenía su orquesta instalada en el salón El Bambú en el centro de San José y puso un aviso en el periódico diciendo que necesitaba un cantante para su orquesta. Jorge Duarte, que andaba por ahí cantando con el Trío Azul de Ricardo Mora, decidió presentarse ante Lubín para ofrecerle sus servicios.

Lubín lo miró y le preguntó con cuáles orquestas había cantado. Duarte le contestó que él cantaba con el Trío de Ricardo Mora y entonces Lubín le contestó que lo que él andaba buscando era un cantante de orquesta con experiencia y no quiso probarlo. Duarte, un poco desilusionado se puso a conversar con un músico amigo suyo que tocaba con aquella orquesta, le dijo que por qué no le decía a Lubín que lo probara.

Debut. Lubín atendió la solicitud del músico sin muchas esperanzas de que aquel muchacho pudiera cantar con una orquesta, pero le dijo a Jorge señalándole unos papeles: “Vamos a ver: busca ahí alguna canción que te sepas y hacemos una prueba”. Jorge encontró entre los papeles Para qué recordar , de María Grever y le dijo: esta. Lubín se sentó al piano y Jorge comenzó a cantar saliendo con exactitud en el momento preciso: “Para qué recodar, aquel sueño de amor, que si tan corto fue, nos destrozó la vida...”. Lubín cerró el piano y le dijo: “Vení esta noche, hoy mismo empezás a cantar con la orquesta”.

Así comenzó Jorge Duarte a recorrer escenarios cantando los más lindos boleros nacionales y extranjeros: fue una voz que duró setenta años deleitándonos.

Duarte recorrió varios países con la orquesta: en Aruba se le ocurrió cantar una canción en papiamento y entonces el público gritaba: “¡ese no es de Costa Rica, ese es de aquí!”.

Cuando visitaron Nueva York, para llegar al escenario había que pasar por la sala donde estaba el público y ahí estaban todos los ticos que vivían en Nueva York, todos querían saludarlo y tomar un trago con él. Cuando llegó al escenario, Lubín vio que venía más alegre de la cuenta y le metió tamaña regañada. Dice Jorge que desde aquella vez, jamás se volvió a tomar un trago en los días que tenía compromiso con la orquesta.

La popularidad de Duarte también está basada en la gran cantidad de discos que ha grabado, con el acompañamiento de Lubín Barahona y sus caballeros del ritmo, también con Otto Vargas, El Combo de Kiko, La Rondalla de la Fuerza Pública, el Pibe Hine y muchos otros.

Son discos que se han oído en todas las emisoras del país y también en algunas extranjeras. Memorables son sus interpretaciones de: Noche azul y Donde tú estás, de Kiko Barahona, Has de volver y Esta navidad, de Otto Vargas, Noche inolvidable, de Ricardo Mora, Recordando mi puerto, de Orlando Zeledón, y para presumir un poco, les voy a contar que también grabó un bolerito mío llamado Búscame.

Homenaje. Cuando cumplió 50 años de cantar, se le rindió un homenaje en el Teatro Nacional, con la Orquesta de Lubía Barahona y sus amigos cantantes: Ronald Alfaro, Ray Tico, Gilberto Hernández, Carlos Jara Jr., Carlos Oconitrillo, Paco Navarrete, Kiko Barahona, y perdón si me faltó alguno.

Y como todo lo bueno se acaba, hoy tenemos que lamentar la partida definitiva de Jorge Duarte. Esperamos que se encuentre en el Cielo con Gilberto Hernández, los dos Carlos Jara, padre e hijo, Paco Navarrete y Ray Tico. Que todos lo acompañen para cantarle un bolerito a Tatica Dios.

Estoy seguro de que le va a gustar mucho.