Actualizar un lenguaje tradicional

Esfuerzo La propuesta requiere solidez técnica

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El grupo independiente, JF Ballet Contemporáneo, dirigido por el maestro y coreógrafo cubano José Félix Morejón, retomó Barroquísimo en blanco y negro, espectáculo con el que debutó profesionalmente en nuestro medio hace un año.

Esta es una propuesta coreográfica que retoma el lenguaje del ballet clásico y lo actualiza. En ella, Morejón hace una sátira, inspirada en situaciones típicas de la burguesía del siglo XVII, pero de manera estilizada.

En su banda sonora, Barroquísimo en blanco y negro cuenta con música de grandes compositores, como Antonio Vivaldi, Sainte-Colombe, Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Händel.

Con doce bailarines, el coreógrafo creó una serie de situaciones donde la parodia adquiere un papel primordial en la ejecución.

El escenario estuvo despojado de escenografía y predominó un vestuario en tonalidades de negro y blanco, que permitió observar los cuerpos de los danzantes a plenitud. Por su parte, el diseño colectivo de iluminación (creado por Gutiérrez, Vargas y Canessa) resultó atinente a los cambios de los cuerpos en movimiento.

A nivel interpretativo, los bailarines iniciaron un poco bajos de proyección, no obstante, conforme se desarrolló la presentación, la energía e interpretación se fue dosificando y los integrantes se vieron más seguros.

En relación al estilo compositivo, vale indicar que esta tendencia no es nueva, como lo señaló el creador en su debut. Es la forma característica del ballet contemporáneo, muy bien ejemplificada en la producción coreográfica de Jirí Kylián, por citar a un exponente internacional, que cultiva este tipo de creaciones y se ve en el ballet Black and White (1989-91).

Sin embargo, lo más rescatable de este trabajo es el esfuerzo que hace Morejón, al componer una obra original con los elementos del lenguaje de la danza clásica, considerando atinadamente las posibilidades técnico–interpretativas de los miembros del conjunto. Esto le permite a su elenco mostrar su talento y formación profesional.

Para Barroquísimo en blanco y negro, Morejón desarrolló múltiples escenas de dinámicos diseños con cambios de movimientos, los cuales requirieron fuerza y dominio corporal. Con las piezas de Vivaldi, Bach y Händel vimos duetos, solos, cuartetos, tríos y otras formas de abordar el espacio, que mantuvo alerta a una sala llena de espectadores, quienes aplaudieron efusivamente.

Aún así, en general, debe de cuidarse la limpieza en la ejecución, para lograr el unísono en algunas partes grupales o tríos. Sobre todo, por ser esta una propuesta que valora el diseño espacial y privilegia la línea. Elemento esencial para alcanzar niveles de excelencia que por lo visto se puede lograr si continúan con la misma entrega como lo hicieron para esta temporada.