Immanuel Kant pediría: “Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de los fines”. En cambio, Konstantín Stanislavski (1863-1938) era más modesto: “Actúa como si realmente estuvieras en esta circunstancia”; tal era su consejo para la actuación. Once años antes de morir, Stanislavski se fue de Rusia para una cura de descanso, y desde el bosque Negro a Niza (volvió a Moscú en 1930). Recopiló entonces sus notas sobre los métodos de actuación: La formación del actor, I y II. La división consistía en dar énfasis, en la primera parte a la formación del actor en el sentido creativo; la segunda, en el proceso de la “encarnación” física.
La primera parte era un intento por “entender” la estructura psicológica del actor, y se destinaba a “ayudar al actor a vivir su papel”. La segunda parte se concentraba en el trabajo físico (el movimiento, la voz) y “en dar vida” a las obras en una “forma artística y escénica”.
Se preveía publicar ambos escritos en un único volumen, pero Stanislavski hizo un tratado demasiado extenso. En consecuencia, se los presentó en dos volúmenes, con una brecha de 14 años en los Estados Unidos y de 17 en la Unión Soviética. El primer volumen le ganó elogios, pero el desfase condujo a una lectura errónea: que “al autor le interesaba más la técnica interna del autor, en detrimento del trabajo corporal”. El libro se inicia con la “inspiración” que encuentra un actor, Kostya, en la preparación de una función de Otelo . Kostya da sus lecciones luego de hallar, mediante “técnicas psicoterapéuticas”, un método para que la “inspiración” aparezca. Prestemos atención al más curioso de más de una docena de conceptos.
“ Como si . ¿Qué harías si estuvieras en esta situación?”. Se escucha similar al mencionado imperativo kantiano, pero no es este un mandamiento ético: es una técnica teatral. Stanislavski comentó: “El como si nos levanta del mundo de la imaginación. Usé el ejemplo con mis estudiantes. Les dije: ‘Imaginen que hay un loco en la casa’. No; no es lo mismo a que imaginen que son un grupo de autores que representan esta escena. ¡Actúen realmente como si de hecho hubiese un loco violento suelto en esta casa!”. Las actuaciones fueron entonces más convincentes, dice el maestro.
Esteban Córdoba Arroyo
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