Abelardo Araya: ‘Lo que hizo doña Laura ofende a mi familia’

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San Carlos. Directo, respetuoso al hablar y humilde. Así es Abelardo Araya Corea, padre del menor atacado a balazos por el veterinario Bernal Arias Sibaja.

Este jornalero, de 56 años, dijo sentirse impactado, sorprendido y angustiado por el indulto que la presidenta, Laura Chinchilla, concedió al agresor de su hijo.

“No entiendo esa decisión de doña Laura, pues es inconcebible que le haya concedido la libertad a quien le disparó cinco veces, tres de ellas por la espalda, a mi hijo, que en ese entonces (30 de marzo del 2009) solo tenía 13 años”.

“Le pregunto a la presidenta cómo habría actuado, si la víctima hubiese sido un pariente suyo”, agregó Araya, quien hoy no tiene trabajo fijo y vive a un costado del cementerio del Tanque de La Fortuna, en San Carlos.

“Yo respeto a doña Laura por su condición de mujer y de gobernante, pero eso no me impide manifestarle que lo que hizo ofende a mi familia, que es muy pobre, pero digna”, comentó Araya.

Según afirmó, este caso demuestra que en el país, “cuando se tiene dinero e influencias políticas, todo es posible, y que la justicia se tambalea cuando se trata de castigar a quien cometió un delito en perjuicio de gente sencilla y pobre como nosotros”.

Estudiante y trabajador. Araya aseveró que no es cierto que, el día de los hechos, su hijo –hoy de 17 años– tuviera la intención de robar limones en la casa de Arias.

“Él estaba en el límite de la propiedad buscando limones, cuando Arias comenzó a dispararle”.

El joven nunca ha tenido problemas con la justicia. Según su padre, siempre ha sido de buena conducta, al punto de que, con el fin de ayudar en la casa, en ese entonces trabajaba en el día y estudiaba de noche para terminar la primaria.

“Yo jamás le consentiré actos indebidos”, advirtió, al mismo tiempo que reveló que el menor aún tiene incrustada, en la parte posterior del tórax, la bala que estuvo a punto de matarlo, y que no se la han extraído porque no tiene el dinero para pagar la cirugía.

Araya contó que, a raíz de la agresión, el joven padece problemas psicológicos delicados.

“Algunas noches se despierta gritando y llorando, diciendo que lo van a matar, y en otras ocasiones tiene dificultades para respirar.

”El pobrecito se siente tan mal que, aun teniendo 17 años, busca desesperado el rincón de mi cama como buscando mi protección”.

Para Araya, lo sucedido a su hijo ha sido un verdadero calvario.

“Durante los 20 días que estuvo hospitalizado, yo tenía que ir a visitarlo, pero muchas veces no tenía el dinero suficiente para los pasajes ni para comer”, indicó.

Gestión de diputado. Abelardo Araya dijo que, por medio del diputado Manrique Oviedo, del Partido Acción Ciudadana, Bernal Arias le propuso ayudarlo, a cambio de que llegaran a un arreglo, pero que nunca le presentó una oferta real.

“Reconozco que el fiscal que llevaba el caso se opuso a un arreglo, pero es que también Arias nunca concretó nada”, enfatizó Araya.

Precisó que, en otra ocasión, el diputado Oviedo, a quien considera amigo cercano de Arias, lo llevó a la oficina de un abogado, en Ciudad Quesada, para hablar del arreglo, pero que la gestión fracasó porque el jurista condicionó la ayuda a que su hijo cambiara la declaración dada al principio ante la Fiscalía.

“Mi hijo se paró, alterado e indignado, y rechazó esa condición, pues no estaba dispuesto a mentir por dinero”, recordó Araya.

Aseguró que Oviedo le insistió en el tema del arreglo, con el fin de ayudarle a su “amigo” a salir de la cárcel.

“No tengo interés en sacarle provecho económico a esta situación, pero sí quiero que me ayuden para devolverle a mi hijo la salud perdida”, puntualizó.

Con un tono de súplica y con la mirada puesta en el cielo, Araya dijo tener la esperanza de encontrar un abogado que le ayude a buscar algún recurso legal que anule el indulto otorgado por el Consejo de Gobierno.

Araya vive en una humilde casa de madera con dos de sus hijos menores de edad. Otros tres hijos viven en casas aparte.

“Estoy seguro de que Dios nos va a ayudar a que se haga justicia, pues ese señor no puede estar libre. Es una injusticia muy grande de doña Laura”, añadió.