¡A la carga! Comienza el Festival de Coreógrafos

Desde hoy y hasta el domingo, la fiesta mostrará 13 obras nuevas en el Teatro Nacional y le rendirá homenaje a Rogelio López

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Una fiesta remozada, con muchas propuestas de jóvenes artistas y una pequeña pero destacada participación de veteranos creadores. Así será este año el Festival de Coreógrafos Graciela Moreno.

A diferencia de otros años, en esta ocasión, los organizadores agruparon a los artistas en tres categorías: primera incursión, para quienes presentarán por primera vez una de sus creaciones en la fiesta; iniciados , para aquellos que ya han participado, y expertos, para quienes llevan numerosas coreografías en su carrera.

Esta decisión, anunciada por los organizadores a inicios de este año, tuvo como resultado la selección de un nutrido grupo de debutantes y jóvenes creadores.

Entre los artistas que mostrarán por primera vez su trabajo en festival están Iyahaly Somarriba, con Las viudas de Disney; Alejandro Flores, que dirá presente con Fallido ; Kimberly Ulate, que se sumará a la fiesta con Chanchochingo y el Colectivo Plop, que presentará Lapsus . Esta última agrupación está integrada por Susana Vargas, Natalia Vargas, Gustavo Mena y Julio Borbón.

El grupo de artistas iniciados en esta cita lo integran Christopher Núñez, quien compartirá su obra Obsoleto yo ; Vivián Rodríguez, con Camilo en Brunoise ; Adriana Cuellar, con Si no es gallo, gallina ; Antonio Corrales, con Balam ; Anna María Mendoza, con El pero nuestro de cada día ; Silvia Ortiz con El zarpe, y el dúo integrado por Diego Álvarez y Adrián Arriaga se sumarán al encuentro con Ciebzie.

Muchos premios. Tanto los muchachos de primera incursión como los iniciados, competirán por dos menciones que reconocerán a un ganador por cada una de las categorías.

El ganador de categoría de primera incursión recibirá ¢250.000, mientras que en el apartado de iniciados obtendrá ¢500.000.

El jurado responsable de elegir a los ganadores está integrado por tres reconocidos maestros internacionales. Entre ellos el chileno Jorge Olea, académico de la Universidad Las Américas y de la Escuela Moderna de Música en su país natal, y el escocés Mark Sieczkarek, artista independiente que ha trabajado Polonia, Ghana y Brasil.

Completa la lista de jueces la mexicana Shaday Larios, asesora de investigación en la Maestría de Investigaciones de la Danza del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón.

La participación de los coreógrafos con más camino recorrido es la más pequeña del encuentro (solo hay uno); sin embargo, eso no significa que sea menos importante.

El único creador seleccionado para integrar la categoría de expertos Luis Piedra. Él mostrará la obra Des-Terrados , bailada por Danza Abierta, proyecto que dirige. Por tener el privilegio de estar categoría, él recibió ¢750.000 para poder montar este trabajo.

Los participantes de las tres categorías competirán, además, por el voto del público. La pieza que obtenga más apoyo obtendrá ¢300.000 como incentivo.

Otra de las novedades con las que bailará este festival es la selección de un dedicado.

En esta ocasión, el artista elegido por una comisión curatorial fue Rogelio López, dueño también del Premio Magón. Como parte de esta distinción, el artista obtuvo ¢1.000.000.

Incentivos. Sumados a estos reconocimientos, dos premios pondrán más interesante la competencia en el festival.

Uno de los reconocimientos en juego, el Premio Virginia Pérez-Ratton, le dará $1.500 a uno de los participantes para que el próximo año pueda presentar una obra con música original.

También se otorgará $1.500 al mejor vestuario. Esta distinción es dada por la Alianza Francesa, que le ofrecerá la posibilidad de recibir asesoramiento en esta materia con expertos franceses.

Motivados. Los coreógrafos protagonistas de esta cita tienen las emociones a flor de piel y la ilusión de compartir su trabajo con los costarricenses.

“El Festival de Coreógrafos es una oportunidad superimportante para los bailarines porque da la posibilidad de presentar tu obra en un teatro con todas las condiciones técnicas y de producción para hacerlo”, aseguró Antonio Corrales, quien ha participado dos veces en la actividad.

Vivián Rodríguez lo destacó como un espacio para que los artistas puedan probar nuevos lenguajes y poder darle rienda suelta a su creatividad.

Acerca de los cambios y las categorías creadas este año en el encuentro, Alejandro Flores aseguró que le parece bien que se abran nuevos espacios para artistas jóvenes; sin embargo, le habría gustado más oportunidades para los coreógrafos más experimentados.

Por su parte, Rogelio López aprovechó la oportunidad para invitar al público, sobre todo a quienes nunca han asistido a este encuentro de danza.

“El Festival de Coreógrafos Graciela Moreno es emblemático para los costarricenses como lo es el Teatro Nacional. Vaya y vea cómo nos expresamos a través de cuerpo. Este es un regalo para el espíritu, para el cuerpo; esta es la fiesta de la danza nacional, un espacio para sorprenderse”, aseguró el destacado maestro.