Anthony Parker, un británico de 29 años, fue condenado la semana pasada a nueve semanas de prisión por un tribunal en Hartlepool, Newcastle, al norte de Inglaterra, por cocinar a su hámster en un horno de microondas.
El inculpado admitió haber metido en el horno al pequeño roedor tras una pelea que mantuvo con su novia y, según recuerda, lo hizo porque estaba borracho. “No tenía intención de matarlo. Ha sido la mejor mascota que he tenido. Se llamaba Suzy”, declaró en el juicio, arrepentido del hecho.
Ahora el hombre deberá cumplir la mitad de la sentencia en prisión, antes de ser liberado bajo condiciones, y no podrá tener otra mascota durante los siguientes cinco años, según la resolución del juez.
“Fue un acto de crueldad intencionada y no hubo más mitigación que el hecho de que estaba borracho. Sin embargo, cada día hay gente que se emborracha y no hace cosas así”, explicó, a la salida del tribunal, Lucy Hoehne, investigadora del caso para la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales. AFP