24 de setiembre, día de la independencia

Decreto ejecutivo La independencia de Costa Rica se declaró el 24 de setiembre de 1824, no en 1821

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

¿Cuándo nos independizamos los costarricenses del imperio español? La historia oficial señala que fue el 15 de septiembre de 1821 en Guatemala. Algunos autores han insistido en que la emancipación absoluta se produjo más bien en Cartago el 29 de octubre del mismo año.

Una tercera opción, mucho más irreverente, afirma que la independencia fue un dilatado proceso cuyo punto culminante se alcanzó en septiembre de 1824. ¿Quiénes están en lo cierto?

Buscando la respuesta correcta consultamos la investigación del maestro historiador Rafael Obregón Loría y extrajimos las conclusiones siguientes.

Maniobra secreta. El 15 de septiembre de 1821, Guatemala decretó su independencia de España, cuya acta estipulaba, entre muchas otras cuestiones:

1. Declarar la independencia absoluta del pueblo de Guatemala del imperio español.

2. Informar a las demás provincias de lo actuado por Guatemala, instándolas a hacer lo mismo.

3. Convocar a los representantes de las otras provincias, en marzo de 1822, para que decidieran acerca del futuro de la independencia regional.

Lapidariamente, el documento independizó solamente a Guatemala excluyendo a las demás provincias; esto causó que no se diese una “independencia centroamericana”.

Por esa razón se incorporó la convocatoria de delegados provinciales para principios del siguiente año. Este encuentro nunca ocurrió por maquinaciones perversas del capitán general Gainza en su afán de unir la región al imperio recién fundado por su amigo Agustín de Iturbide.

Se despacharon correos a las demás provincias con la copia del acta de la independencia. Adjunto iba otro documento, confidencial y destinado a los jefes políticos y alcaldes, conocido como el “Manifiesto de Gainza”. Este documento los instaba a aceptar la independencia de España y a unirse al imperio mexicano.

El correo con los “bandos” llegó a San José durante la noche del día 13 de octubre y continuó hacia la capital colonial.

Desde las primeras horas del día siguiente, el cabildo josefino examinó el acta de Guatemala tratando de concebir, dentro de su aislada realidad, la construcción de una patria libre y dueña de su destino.

Mientras tanto, en la ciudad de Cartago, las autoridades conservadoras seguían las recomendaciones de Gainza: abandonaron su vieja lealtad a España para convertirse en entusiastas anexionistas a México.

Rectificación. El 29 de octubre, manteniendo oculto su nuevo sentir de anexión, el Ayuntamiento cartaginés convocó a los representantes o legados de sus similares del Valle Central, con el único objetivo público de discutir los hechos ocurridos en Guatemala.

Ante semejante expectativa, los legados, presbítero Juan de los Santos Madriz (por San José) y capitán Gregorio José Ramírez Castro (por Alajuela), asistieron como simples oyentes, sin autoridad alguna para tomar decisiones.

Después de una larga sesión, dominada por la improvisación y el desorden, el presidente José Santos Lombardo hizo circular sorpresivamente un documento desconocido que comenzaba así:

“Declarar la Independencia absoluta del Gobierno Español. Observar absolutamente la Constitución y leyes que promulgue el Imperio Mexicano”.

Ante la sorpresa de verse obligados a decidir sobre un hecho que no esperaban y debido a la asfixiante presión ejercida por Lombardo, todos firmaron el acta sin discutir su contenido, incluidos el cura Madriz, el capitán Ramírez y el legado por Ujarrás, Rafael Osejo, de clara tendencia liberal autonomista.

Ninguno de ellos tuvo plena conciencia de las implicaciones que traería su acto de ligereza. Cuando regresaron a sus ayuntamientos, fueron severamente reprendidos.

El 1.° de noviembre, San José retiró la firma de su legado, e igual proceder tuvo Alajuela. A su vez, San José se declaró independiente de España y de México. Se convirtió así en la primera ciudad que declaró la independencia absoluta de ambos imperios.

Para don Rafael Obregón, el acta del 29 de octubre de 1821 se invalidó como documento oficial de la independencia de Costa Rica por tener un carácter eminentemente localista y no provincial.

Dicha acta expresó solamente el sentir de la vieja metrópoli, voluntad manifiesta en el hecho de que la gran mayoría de los firmantes pertenecían a Cartago, mientras que el resto de los cabildos tenían sólo un representante.

Además, los legados invitados firmaron en nombre de sus ayuntamientos, pero no estaban autorizados para ello. Finalmente, con la anexión al Imperio Mexicano se anulaba el sentido de emancipación absoluta.

Proclamación definitiva. Ante el fallido intento de unirse al Imperio de Iturbide, el Ayuntamiento de Cartago conformó la Junta Superior Gubernativa. El 1.° de diciembre de 1821, la Junta presentó el Pacto Social Fundamental, o Pacto de Concordia debido a su supuesto espíritu de confraternidad ante las graves diferencias surgidas entre San José y Cartago.

No obstante, a pesar de las objeciones de los diputados josefinos, en el Pacto se mantuvo la peregrina idea anexionista pues se declaró: “Costa Rica posee plena potestad para unirse a cualquier Estado o potencia americana que más conviniese”.

Durante todo 1822 se mantuvo el status de indefinición hasta que, a finales de marzo de 1823, los anexionistas decidieron marchar sobre San José, garrote en mano, con el objetivo de imponer por la fuerza el acta del 29 de octubre de 1821.

El 5 de abril, en el Alto de Ochomogo, se enfrentaron cartagos y heredianos contra josefinos y alajuelenses. Después de casi dos horas de batalla campal, los socios de Iturbide fueron totalmente derrotados y obligados a retroceder, a pesar de llevar consigo la imagen de la Virgen de los Ángeles.

Con el triunfo autonomista quedó sellado el destino de Costa Rica y Cartago perdió la capitalidad. Verbalmente, el prócer Gregorio José Ramírez, espada en mano y como jefe de Estado Interino, proclamó la independencia de Costa Rica de España y México, el propio 5 de abril de 1823.

Un año más tarde, la independencia absoluta quedó plasmada oficialmente y con rango nacional en el decreto ejecutivo n.° V del 24 de septiembre de 1824: “Art. 1º. El Estado de Costa Rica es y será perpetuamente libre, e independiente de España, México y cualquiera otra Potencia o Gobierno”.

¿Queda ya alguna duda acerca de que el 24 de septiembre es la fecha en la cual deberíamos los ticos conmemorar nuestra independencia patria?

El autor es historiador y académico de número de la Academia de Geografía e Historia.