Entre las montañas del Parque Nacional Carara (ubicado en las márgenes centrales del río Grande de Tárcoles) y el cerro Turrubares de San José vuelan, desde ayer, al menos 11 lapas rojas.
Hasta hace poco, la casa de estas aves –que integran la lista de especies en peligro de extinción del país– fue finca La Joya, ubicada en El Barro (Turrubares).
A ese sitio natural llegaron luego de ser rescatadas por caer de sus propios nidos o tras ser decomisadas por las autoridades del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
En la finca La Joya las educan para que, con el tiempo, sean capaces de regresar a su ambiente natural y sobrevivir en él.
Adrián Arce, del Minae, es uno de los gestores del refugio de animales que opera en esta finca. Arce destacó la importancia del sitio porque permite “recuperar especies amenazadas”.
Las lapas liberadas ayer recibirán un seguimiento gracias a que a las 11 aves se les instaló un chip y un anillo de identificación que servirán para monitorear su actividad en el bosque.
Rafael Flores, propietario de la finca La Joya, aseguró que su familia está dispuesta a conservar este sitio como un área de protección. “Ya le sembramos unos 10.000 árboles y se está por sembrar unos 1.000 más este año”, celebró.
Tras su liberación, es posible que las aves se acerquen al refugio o a las casas aledañas en busca de alimento. Sin embargo, las autoridades solicitan a los vecinos que si esto sucede, no las encierren.
En esta finca también se crían y cuidan venados, especie que es blanco fácil de los cazadores.