Temporalidades ancladas por la luz en el MADC

La exposición en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo reúne fotos, audiovisuales y archivos de las nicaragüenses Claudia Gordillo Castellón, Patricia Villalobos Echeverría, Martha Díaz Siles y Mayerling García Gutiérrez. Son representaciones y memorias colectivas nacidas en un contexto sociopolítico complejo

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A través de la mirada de las creadoras nicaragüenses Claudia Gordillo Castellón, Patricia Villalobos Echeverría, Martha Díaz Siles y Mayerling García Gutiérrez se muestra un cruce de temporalidades repletas de recuerdos silentes, giros memoriales que se cimentan en las vulneraciones de los derechos humanos, desastres naturales, un contexto que continúa situándose frente a un escenario sociopolítico convulso, violento y que cada momento presente despierta pasados reprimidos.

Gordillo (1954) nació en Managua, donde trabaja y reside actualmente. Estudió fotografía e imagen en movimiento en Italia. Durante la década de los años 80 trabajó como corresponsal de guerra en Nicaragua y en 1994 ganó el premio de la John Simon Guggenheim Foundation. En las narrativas de Gordillo se devela su labor como fotoperiodista y el enfoque documental al capturar escenas del sincretismo religioso, la hibridez cultural y las tradiciones populares.

En sus series fotográficas, la “Memoria oculta de mestizajes”, realizada en la faja del Pacífico de Nicaragua (con énfasis en la Meseta de los Pueblos) y su obra sobre la Costa Caribe de Nicaragua, “se representa ese lado oscuro de nuestra identidad (por desconocido y misterioso), esa gran reserva cultural marginada y olvidada, por momentos codiciada, amenazada de promesas-proyectos incumplidos. Maltratada por el hombre, el hambre y la furia de una naturaleza que languidece al borde del tiempo” (Aróstegui, 2000, La Costa Atlántica con amor y dignidad en Estampas del Caribe Nicaragüense. P. 7).

Otra mirada del contexto nicaragüense pertenece a la fotógrafa Martha Díaz (1955), quien es parte de una dinastía de personas dedicadas a la fotografía en Managua. El Estudio Fotográfico Díaz fue fundado en 1920 por su abuelo Adán Díaz Fonseca (quien fue uno de los primeros cineastas en Nicaragua).

Posteriormente fue dirigido solamente por las tías de Martha, que, de hecho, fueron las primeras mujeres fotógrafas del país: Albertina, Anita y Dolores Díaz Landero. Por otra parte, es importante destacar el legado de Matilde Díaz, quien además de fotógrafa, fue cineasta, feminista, periodista e integró el Comité Central Femenino Pro Voto, organización que después de una lucha de varias décadas logró que en 1957 las mujeres nicaragüenses ejercieran por primera vez su derecho al voto en las urnas.

El estudio se dedicó desde su creación a registrar las memorias de generaciones de familias de toda Nicaragua, conservando hasta el día de hoy unos de los archivos visuales más grandes del país, conformado por cientos de fotografías desde 1958 (algunos positivos y negativos), que registran el paso de dos terremotos, guerras y demás situaciones trágicas que se han dado en Nicaragua.

Por otra parte, Patricia Villalobos es hija de madre y padre salvadoreños, nació en Memphis (Tennessee) en 1965, pero creció y vivió en Managua (Nicaragua) hasta después del terremoto de 1972, experiencia que la marcó profundamente. Tiene una maestría en Bellas Artes de la Universidad de West Virginia, Estados Unidos, y una Licenciatura en Bellas Artes en Louisiana State University, Baton Rouge, Luisiana (EE. UU.).

En su obra hay una hibridación entre el grabado, la fotografía, el video, las instalaciones y los proyectos participativos que giran en torno a cuestiones de migración, navegación, desplazamiento y transformación.

Patricia afirma que “una voz política puede nacer de identidades subalternas donde el cuerpo deja de estar atado a un lugar/sitio y él mismo se convierte en una quimera (…) Trato de expresar una conversación interna de disyuntiva (el cuerpo conectado también habla de pérdida -de familia, tierra y pertenencia) dando voz al cuerpo divagante, descartado de Centroamérica: al cuerpo transcultural”.

La mirada poética de Mayerling (1981, Estelí, Nicaragua) surgió como una tímida fascinación desde muy joven, que comenzó a experimentar en 1998 fotografiando la cotidianidad y entorno cercano. Comunicadora Social de formación universitaria, inició como fotoperiodista en el 2003 en un medio de prensa local y terminó en el 2008 cuando inició un nuevo camino como fotógrafa independiente donde desarrolló una mirada personal.

Ella expone las entrañas, estados de ánimo, y lenguajes de espacios públicos nicaragüenses que se resisten al paso del tiempo y materializa metáforas visuales que nos muestran desde un antiguo cine llamado Karawala (de más de treinta años) y su solitario proyeccionista, hasta los escenarios de un paisaje rural conocido como El Crucero, atrapado en medio de horizontes infinitos, escaleras dirigidas al cielo y sus habitantes que surgen entre la neblina y las sombras.

Las obras de estas artistas muestran imágenes que transcurren entre sentidos del pasado, silencios y olvidos impuestos. Sus obras son textos estéticos constructores de memorias colectivas presentes en un país que está conformado por cicatrices abiertas que drenan duelo, melancolía y nostalgia.

Una de tres muestras en el museo del Cenac

La exposición Temporalidades ancladas por la luz se encuentra en las Salas 2 y 3 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), ubicado en el Cenac (Centro Nacional de Cultura, antigua Fanal). Se abrió al público el viernes 17 de noviembre del 2023 y estará disponible hasta el 30 de marzo del 2024.

Ese mismo viernes en el museo josefino también se abrieron la muestra Dear Salayman, de la artista Allegra Pacheco, en la Sala 4, y el proyecto expositivo Dis-ruptivas, del colectivo Psycho Drag, en El Tanque: Laboratorio de Ideas. Ambas cuenta con la curaduría de José Daniel Picado-García y podrán ser visitadas durante cinco meses.

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La autora es artista multidisciplinar, gestora y curadora.