El Rey Ensonrisado (Homenaje a Álvaro Marenco)

“Queridas voces, fieles amigos, mis consejeros que habitan dentro del viejo cráneo, del viejo cuero. Hoy les sugiero saltar del bote, sin más lamentos, dejar que el barco navegue solo en el mar abierto...”

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Hace unos años, mientras componíamos el álbum de Mimayato (dúo de bajos experimentales), la música nos iba pintando imágenes dándole forma a esta historia: El Diario del Dr. Chapuí.

Una mañana, durante un ensayo, montando Happy King, Alberto, mi primo y contrabajista, me contó que se había soñado que yo vestía una capa y una corona de rey y caminaba por un escenario vacío como un demente declamando a todo pulmón la letra de esta canción. Yo le respondí que sí, que eso era algo que claramente haría el Dr. Amón Chapuí, pero ese personaje ya tenía nombre y apellido: Álvaro Marenco.

Para nuestra gran fortuna, Marenco le dio vida al personaje, impregnándole su gracia, talento y carisma, pero sin dejar de lado el elemento dramático. Se dejaba dirigir, pero lo mejor brotaba cuando se permitía llevar por la magia de la improvisación. Grabamos dos videoclips pero teníamos un proyecto pendiente.

Este cortometraje cerraba la trilogía, amarrando el concepto entre La Fuga del Dr. Chapuí y Happy King. El texto se llama Fantasmas de Amón, pero al corto decidimos titularlo El Rey Ensonrisado, en homenaje a alguien que escogió dedicar su vida a hacernos felices por medio de su arte.

Marenco no llegó a ver el resultado final de El Rey Ensonrisado. Su estreno se dio en el novenario de su muerte, ocurrida el pasado 9 de febrero.

Algo asombroso era la energía que desbordaba Marenco. Esas ganas de vivir intensamente se manifestaban hasta en sus días en el hospital. Si uno le escribía para ver como estaba, como se sentía, él respondía que “con toda la pata” y rápidamente cambiaba el tema para hablar sobre los proyectos. Apenas saliera del hospital nos poníamos de acuerdo para continuar con los pendientes. Y de paso aprovechaba para comentarme sobre sus otros planes o trabajos en proceso.

Mientras editábamos el cortometraje, Abraham Rivas, codirector de estos videos, me comentaba sobre Marenco que “aunque era un adulto mayor (eso ni él mismo se lo creía), la energía que tenía era contagiosa; la interpretación de los planos; cómo lograba adaptarse a todos los papeles. Hacía a tres personajes diferentes en uno, tres personalidades (El Rey, El Paciente y el Dr. Amón Chapuí), pero él era tan versátil que en instantes podía cambiar de uno al otro.”

Mimayato

El futuro que estamos creando se sustenta del pasado que venimos arrastrando. Culturalmente, así ha sido, pero para que esto sea positivo, tenemos que cambiar y evolucionar. Nuestra exploración musical combina elementos clásicos con las técnicas de la música actual. Creemos que se pueden alcanzar fibras profundas con los sonidos densos del bajo eléctrico y el contrabajo, sin dejar de lado la armonía y la melodía que van narrando la historia.

Alberto Moreno (contrabajista de la Orquesta Sinfónica de Heredia) opina que “este mestizaje se intenta alejar tanto de las lógicas académicas como de los prejuicios populares y ser ejemplo del poder de lo diverso.”

La colaboración es un canal de navegación hermoso que puede llevarnos a diferentes mares. Esta es nuestra manera de llevar la música a nuevos espacios. La plataforma es el mismo arte en sus diferentes ramas y la fusión interdisciplinaria nos complementa. La pintura, la literatura, la danza, el diseño y el cine, entre otras manifestaciones, nos dibujan paisajes que se musicalizan solos.

He escrito un texto para cada pieza del álbum, es una historia conceptual sobre este personaje. Una introspección sobre la expresión moderna de éxito y progreso y cómo es revolcada por el intento de humanización de nuestro Rey, el cual pretende regresar a lo simple y esencial que verdaderamente nos constituye. Aquí entra en escena Álvaro Marenco, como actor y bailarín, como canal de expresión, dándole vida a las notas y a las palabras.

Homenaje

En el marco del Festival Amón Cultural, el próximo 11 de marzo celebraremos un homenaje a la vida y carrera de nuestro querido Marenco. La anfitriona es la artista Ivette Guier, entrañable amiga de Álvaro. Ella abrirá las puertas de “La Casa del Barrio Amón, Un Espacio para la Memoria”. Ahí compartiremos recuerdos con música, poesía, exposición de afiches, audiovisuales y conversatorio.

“A mi amigo bueno, a mi amigo loco, a mi amigo soñador, a mi amigo franco, Alvaro Marenco. Solo él podía encarnar a ese Rey Ensonrisado. " Ivette Guier - Artista

“Su ausencia me deja un vacío donde lo que puedo decir es que quedo perplejo, tuve un gran apoyo de él. Haber compartido con Mimayato la continuación del mismo personaje del Rey fue mi última colaboración artística con él. Ahora él está en un mejor lugar, jugando en otra dimensión su pasión por la actuación y nosotros continuamos honrando su memoria.” Daniel Marenco - Bailarín y Actor

“Para papi los proyectos eran un motor de vida, su imaginación y entusiasmo, siempre inquieto trabajando en la ideación de proyectos y de formas muy diversas de asociar gente para crearlos. En este sentido las invitaciones que le hacían lo ponían súper contento y le daban siempre nuevas ideas para compartir y llevar a cabo. Ese era papi: una gran energía propositiva que se apuntaba a todo por el placer de compartir, de soñar y crear junto con otros artistas. El homenaje me llena de alegría porque sé que papi sonríe donde quiera que esté mientras sigamos viendo sus fotos, videos y obras.” Valentina Marenco - Bailarina.

“Prometo ser normal como la norma,

si la consigna de nuestra norma es morir sonriendo...”

El Rey Ensonrisado / Alvaro Marenco Marrochi (1943-2023)

Dirección: Abraham Rivas y Abel Guier

El Rey Ensonrisado: Álvaro Marenco

Texto Fantasmas de Amón: Abel Guier

Música: Mimayato

Solo Contra el Bajo y Profundo Azul del álbum El Diario del Dr. Chapuí

Bajo: Abel Guier

Contrabajo: Alberto Moreno

Dirección de Arte: Adriana Mora Rey

Abel Guier - El Rey Ensonrisado

Queridas voces, fieles amigos, mis consejeros

que habitan dentro del viejo cráneo, del viejo cuero.

Hoy les sugiero saltar del bote, sin más lamentos,

dejar que el barco navegue solo en el mar abierto...

Mis tripulantes que otrora fueron solo inquilinos,

se han adueñado de mis espacios, de mis vacíos.

Son precaristas llenos de historias repetitivas,

son ladronzuelos de las migajas de mis latidos...

Prometo al cielo no más ausencias, no más tardías,

estar presente en cuerpo y sangre todos los días.

Mas en el fuego no pongo manos por mis amigos,

que van y vienen hurgando adentro de mis dominios...

Un par de ausencias justificadas en tiempos fríos

es lo habitual, lo que les tengo permitido.

Y si en blanco bailan mis ojos muy distraídos

Es porque a veces en el silencio es donde hay más ruido...

Prometo ser normal como la norma,

si la consigna de nuestra norma es morir sonriendo.

Vivir soñando que esto es algo pasajero,

tan pasajero como infinito es este sueño...

Ser parte de esta verdad, ser de este juego,

ficha intrascendental en el tablero.

Tan real como surreal corre el minutero.

Tan real como lo irreal que es el gran misterio...

Prometo ser muy gris, no blanco y negro,

porque los buenos si hacen mal no son tan buenos,

pero los malos que hacen bien y son sinceros,

son perdonados en los portones de los cielos...

Viajar ligero, sin equipaje, dejar mis miedos.

Son muy pesados cuando hacen yunta con los deseos.

Ser libre, rey sin trono ni testamento

con un ejército de cien gaviotas mar adentro...

Prometo esto, este, mi último juramento.

No más fantasmas rompiendo filas, no más tormentos,

que sus monólogos desembarquen con picahielos,

atravesando entre los témpanos de mis huesos...

Consciente que en la inconsciencia es más llevadero

el surco que llaman vida en este agujero.

Y si en algo les he fallado, mis compañeros,

prometo volver del fango y nacer de nuevo...