Alas a la patria: Ángel Lara toma el corazón de Cartago

El escultor convirtió la Plaza Mayor y las Ruinas en un recorrido por su obra y el proceso que derivó en ‘Costa Rica Victoriosa’, el imponente monumento que inauguró ahí en el 2021 por el Bicentenario de la Independencia

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A partir de propuestas innovadoras que buscan encontrar sus propios espacios, Ángel Lara Vargas ha recreado con una mirada nueva los temas que le han interesado. Además, ha sabido posicionarse de una manera muy personal ante la temática tradicional, la cual ha revalorizado a través de una nueva lectura plástica y forma de interpretar el mundo que lo rodea.

Precisamente esto lo demuestra en el monumento erigido hace un año en la Plaza Mayor de Cartago en conmemoración de los 200 años de la firma de nuestra Independencia. Lara Vargas plantea una relectura de la producción artística nacional en materia de obras públicas. La imponente figura de Costa Rica Victoriosa avanza y se proyecta hacia el futuro como un eje central del monumento. Es una obra figurativa, no obstante en ella se presenta un concepto técnico novedoso, en el que las láminas de acero inoxidable moldeadas a golpe de martillo y fuego, van superponiéndose para crear una patria grácil, de formas muy femeninas, pero fuerte y vigorosa.

Hagamos un poco de historia: En el año 2021 se cumplieron 200 años de la firma de la independencia en la Plaza Mayor de Cartago. Para celebrarlo y conmemorarlo, la municipalidad local inició un proyecto para colocar un monumento en el sitio mismo en donde se llevó a cabo este hecho histórico.

La municipalidad trabajó durante meses en varias propuestas con el apoyo del Ministerio de Cultura y en constante cooperación con la oficina de Patrimonio y Preservación Histórica; sin embargo, dada la magnitud del proyecto invitaron a la MUCAP como entidad financiera responsable de los costes de esta obra.

La MUCAP contacta al joven, pero experimentado escultor Ángel Manuel Lara Vargas, quien dada la importancia y magnitud del proyecto abandona inmediatamente todo otro quehacer y se dedica con todo su conocimiento, equipo y energía a generar una propuesta. Esta es acogida por las partes y se inicia la construcción de esta obra casi titánica, dadas las dimensiones, la importancia de la misma y, sobre todo, que el tiempo apremiaba.

El artista decidió dividir el proceso en varios equipos de personas y talleres según sus especialidades; todo se fabricó al mismo tiempo y en varios lugares del país bajo la supervisión de Lara. Por ejemplo, un equipo de ingeniería que planificó la estructura de soporte; o los servicios del Laboratorio Innovatio del INA que prestó sus impresoras 3 D; el equipo de Titanio Metalmecánica fue el encargado de ir dando la forma al metal de cada segmento de lámina visible en la superficie, primordialmente a golpe de mazos y posteriormente soldado. El rostro y las manos se realizaron con el método de cera perdida en la Fundición Artística Casa Fage. Varios picapedreros trabajaron la Piedra Sánchez o granito nacional con la intención de rendir honor a la tradición tallista arquitectónica en granito de la ciudad de Cartago. Fueron los que extrajeron la roca bruta de Cervantes de Cartago y fabricaron el anillo alrededor del monumento, el cual está compuesto de 200 bloques.

El tan ansiado Monumento del Bicentenario se inauguró el 29 de octubre del 2021, con una imponente obra escultórica concebida y realizada por Ángel Lara. El llamativo monumento de 12 metros de altura fue emplazado en el mismo lugar en donde se había firmado el Acta de Independencia. El escultor decidió colocar el monumento de manera que confluyera con la bandera nacional situada en un alto pedestal y las ruinas del templo de Santiago Apóstol.

Un año después de este hecho y para celebrar el primer aniversario, Lara hizo una propuesta de exposición que ligara el Monumento y la Costa Rica Alada con todo el proceso creativo de la misma y a su vez se mostraran obras del artista que son, de alguna manera, el antecedente de esta gran escultura.

Exposición de aniversario

La muestra —que el escultor propuso y a la que ha llamado Alas a la Patria— trata de unir dos espacios esenciales en el imaginario cartaginés: la Plaza y el Templo inconcluso de Santiago Apóstol. En este espacio se muestran 18 esculturas en metal que están íntimamente relacionadas al monumento, ya sea por la técnica o los materiales. En la Plaza misma, se colocaron dos contenedores que sirven de galería y de escenario para que el público comprenda y se empape de todo el proceso de elaboración y las fases de creación de esta monumental escultura.

Toda obra artística conllevó un proceso creativo esencial y es por esa razón que se ha querido mostrar el camino que el artista siguió para hacer posible este monumento. Estas fases creativas son importantes para entender la complejidad del mismo.

En dos contenedores colocados en la Plaza Mayor el artista incluyó las maquetas que fueron concebidas y modificadas por él antes de llegar al diseño final del monumento. También los planos constructivos esenciales para la estabilidad y perdurabilidad de la obra. A su vez se incluyeron las pruebas, notas y los materiales utilizados en el monumento concebidos para que el tiempo, el clima y agentes externos no la dañen.

Se realizó además un documental que registra todo el proceso desde la concepción hasta la inauguración del monumento, incluyendo los pasos creativos, la elaboración y la instalación en la plaza.

Las esculturas son mostradas en el espacio de las ruinas de la iglesia de Santiago Apóstol con la idea de que estén en un espacio de jardín y que el público interactúe con ellas. Es importante señalar que estas series de esculturas en metal han sido, como un todo, las antecesoras del Monumento, ya que mucho del aprendizaje que poco a poco el artista fue obteniendo de ellas, fue empleado en su obra monumental para celebrar los 200 años de nuestra Independencia. Al igual que el Monumento, las esculturas mostradas están realizadas en metal y con varias de las técnicas empleadas por el artista a lo largo de su carrera. Sobre todo son obras que, por su concepción, dialogan muy bien con el entorno en el que se colocaron. Estas son propuestas escultóricas casi todas de gran formato que se planearon colocar en los jardines interiores de las ruinas, sin que perjudiquen en nada el espacio que las contiene.

El interés del artista fue utilizar materiales afines al monumento como es el acero. A su vez, pretendió que se mostrara en ellas el proceso evolutivo de sus obras de metal. Es importante recalcar las diferentes técnicas que emplea en su elaboración: modelado, fundición, forja, ensamble, construcción, corte y diseño digital.

La madurez profesional, el desarrollo de la técnica, la forma y la experiencia como escultor, se pueden apreciar en estas esculturas metálicas, aunque las técnicas que utiliza Ángel Lara para obtener estos resultados han variado mucho a través del tiempo.

El tema del manejo de residuos siempre ha sido un factor importante en la carrera de Lara. Por eso algunas de estas piezas fueron hechas con el material residual proveniente de las láminas de corte del Monumento del Bicentenario; otras fueron realizadas con materiales recuperados de viejas edificaciones.

El artista ha dirigido su obra plástica en varias líneas de investigación y las esculturas que se muestran son parte de esas series.

En este jardín encontraremos esculturas muy ligadas a la naturaleza como son las series Phi-lotus y la serie de las Orquídeas, todas hechas de una mezcla de hierro recuperado y nuevo, acero inoxidable y cobre forjado con soldadura de plata y bronce.

Las esculturas series Phi-lotus y sus derivaciones piezas son interesantes, ya que, aunque utilizan formas geométricas, no dejan del todo de ser figurativas. Se incluyeron desde los botones hasta las flores abiertas, las cuales se colocaron en los espejos de agua, sobre el zacate o un ramo de ellas al lado de un viejo árbol. Ángel utiliza las matemáticas a través de programas de computadora para lograr vectores o siluetas, que posteriormente son recortados en láminas de metal por plasma y ensambladas entre sí. Las piezas de esta serie fueron mostradas por primera vez en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo. Una variante de ellas fue el diseño que el artista realizó en el 2015 para los premios nacionales y que se entrega todos los años.

En una sección cerca de los árboles se colocaron varias obras de la Serie de las Orquídeas, todas hechas con una mezcla de hierro recuperado y nuevo, acero inoxidable y cobre forjado con soldadura de plata y bronce. En el 2011, Ángel expuso por primera vez esculturas realizadas con la técnica de la forja en el café del Teatro Nacional y las llamó Orquídeas en Güitite. Posteriormente realizó una exposición de orquídeas forjadas en la Galería de Arte 11 12.

Más allá de la fascinación estética y morfológica de la vegetación y, especialmente la floración, la serie de las orquídeas rinde homenaje a Joaquín Vargas Bolaños, el abuelo materno de Lara. Mecánico de profesión y quien durante toda su vida se dedicó a coleccionar y compartir el amor por las orquídeas en la familia, un verdadero modelo a seguir para Ángel.

De la serie de las Sillas y Bancas escultóricas se colocaron algunas con la intención de que el público se siente y disfrute de ellas, ya que son definitivamente sus obras más utilitarias y fuertemente arquitectónicas, las cuales juegan con la interacción y la psique del espectador, retándolo no sólo a tocar sino vivir las obras con una aproximación diferente. Estas esculturas fueron elaboradas en acero inoxidable y/o hierro dulce, a veces con material recuperado, nuevo o mixto. Fueron ensambladas y combinadas con objetos encontrados en construcciones o chatarreras.

En la serie de los Cucharas prevalece una tesis diferente para abordar este tema de lo utilitario cotidiano. Es muy interesante porque juega con objetos cotidianos que el artista recrea en dimensiones desmesuradas, descontextualizándolo a través de la escala. Son de las obras favoritas del autor porque se pueden instalar colgando , o contra una pared, o poste o simplemente tiradas en un espacio abierto o un interior. Ángel se enamora de las cucharas desde su infancia, quizás por ser el comer parte del rito y una de sus actividades favoritas. Estas las construye en hierro dulce, acero inoxidable con aplicaciones florales extraídas de portones antiguos recuperados o acabados en resina policroma automotriz. Algunas veces cortados y doblados por máquinas, en otras ocasiones forjadas, soldadas y construidas a mano por capas; enfocando así la atención en esos detalles que él había notado y amado toda su vida.

En esta exposición al aire libre se colocaron gráciles bailarinas en las ramas de los árboles realizadas con formas metálicas a base de troqueles vectoriales, ensambladas y unidas con soldadura. Parte del material utilizado en ellas, también es sobrante de la estructura de sostén del Monumento.

Las autoridades cartaginesas se han unido para capturar los mejores valores de un pueblo por medio de esta propuesta de exposición que liga al Monumento con todo el proceso creativo del mismo, y a su vez muestra obras del artista antecedentes de esta gran escultura. Gracias a este esfuerzo, dicha obra queda sellada en el imaginario popular.

El artista propuso trabajar en vivo durante el período de exposición. El hecho de que él esté presente y trabajando en metal en las diferentes facetas de una escultura, ha resultado no sólo un éxito, sino que cientos de ciudadanos han podido palpar de primera mano el arduo, complicado y a su vez bello trabajo de un escultor.

“Ángel Lara Vargas no sólo se puso en contacto desde temprana edad, con el barro, la piedra y el metal, los materiales escultóricos no tradicionales, objetos exentos y descontextualizados que aprende a ensamblar y trabajar; sino también con la rigurosidad del aprendizaje y con la dicotomía de la fuerza vital del arte y a su vez con la vulnerabilidad del artista.” (Guardia-Yglesias 2007)