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    Un Ebáis en el mar

    Para cualquier vecino de las islas Chira, Venado o Caballo, en el golfo de Nicoya, atravesar el mar hasta Puntarenas para ir al hospital Monseñor Sanabria puede significar, por lo menos, ¢15.000 en viáticos por día. Esa cantidad está muy alejada de los bolsillos de estos pescadores. Por eso, la CCSS les envía médico, enfermera, farmacéutico y un funcionario de registros médicos en lancha. Es el Equipo Básico de Atención Integral (Ebáis) de las islas del área peninsular.

    Texto:Ángela Ávalos / Fotos: Gabriela Tellez

    Puerto La Penca, en Jicaral de Puntarenas, es el punto de arranque de la lancha que lleva al personal del Ebáis a isla Chira. En el estero, la lancha espera al médico Róger Rodríguez Salazar, quien desde febrero es uno de los responsables de la atención en salud de las 3.500 personas que viven en Chira, Venado y Caballo. Rodríguez cumple su año de servicio social en esa zona. Él es oriundo de Jicaral, en Puntarenas.

    La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) tiene tres lanchas para dar atención básica y especializada a quienes viven en los territorios insulares del golfo de Nicoya. La San Antonio es una de ellas, y fue la que llevó al personal del Ebáis a una de sus visitas semanales a Chira en mayo. Los vehículos se usan también para el traslado de pacientes al hospital Monseñor Sanabria de Puntarenas y viceversa; transportar medicamentos, equipo de laboratorio y diversos insumos médicos. Cada traslado demora, en promedio, 60 minutos.

    Marco Obando López (camiseta blanca) condujo la San Antonio, en donde se trasladó el personal del Ebáis a Chira, el lunes 23 de mayo. Obando es originario de isla Venado, y proviene de una familia de pescadores. Suma 20 años de laborar para la Caja. El trabajo más intenso es durante el día pero quizá el más peligroso, según dijo, es durante la noche, cuando ha tenido que trasladar pacientes urgentes. Jamás olvidará cuando llevó a dos heridos de bala y la lancha se quedó varada poco antes de llegar a Puntarenas. A cómo pudo, recordó, lo resolvió y logró poner a navegar la nave. Los pacientes llegaron a salvo al Monseñor Sanabria.

    Lunes y martes de cada semana, el Ebáis peninsular llega a Chira, que es la isla más grande del golfo. Los miércoles, la visita se la turnan entre Venado y Caballo, cada 15 días. Todos los jueves, visitan el sector de Oriente, donde está el segundo Ebáis de Venado; y los viernes los dedican a atender casos específicos; por ejemplo, ancianos o enfermos graves en todas las islas según un programa establecido.

    La lancha San Antonio atraca en el sector que lleva su mismo nombre en Chira. Con ayuda del capitán de la nave bajan el médico Róger Rodríguez, la encargada de registros médicos Carmen Morales, y la farmacéutica Patricia Brown.

    La lancha San Antonio esperará al equipo atracada en el estero. Si fuera necesario, sería utilizada para trasladar pacientes a Puntarenas, Costa de Pájaros o Jicaral, varios de los puertos de embarque y desembarque en la costa pacífica donde ya han tenido que coordinar trasbordos con ambulancias terrestres.

    Esta es uno de las dos sedes de Ebáis que la CCSS construyó en Chira. La llegada del personal de salud a la isla se puede retrasar algunas veces porque pasan a otras islas dejando personal, como nutricionistas, trabajadoras sociales y terapistas. Sin embargo, por lo general, llegan a Chira para iniciar la consulta de pacientes alrededor de las 9 a. m. Ahí permanecen dos días.

    La gran mayoría de los pobladores de las islas del golfo de Nicoya se dedican a la pesca. Viven en casas muy humildes, con ingresos que, en ocasiones, no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas. Hace poco más de una década, por ejemplo, lograron un colegio propio, lo que evita a quienes desean seguir la secundaria el peligroso viaje por mar hasta Colorado de Abangares, del lado guanacasteco.

    Carmen Morales, responsable de registros médicos, es la encargada de las citas y los expedientes médicos. En promedio, cada día en Chira se atienden unas 45 personas. Los problemas de salud más comunes son las enfermedades respiratorias, de la piel y, más recientemente, un aumento en el número de enfermos de dengue.

    La demanda es alta en Chira, al punto que deben programar dos días de visita a la semana. Cuando no tienen cita programada, la gente llega desde horas de la madrugada a ver si consiguen ser vistos por el médico. Róger Rodríguez dice que en ocasiones --al menos, unas dos veces al mes-- la demanda es tan alta que debe prolongar la consulta a las 7 p. m., tres horas más de lo usual.

    El lunes 23 de mayo, el médico Róger Rodríguez atendió a un joven estudiante del colegio de isla Chira, que se identificó solo como Ismael, y quien necesitó varios puntos en la cabeza tras sufrir un golpe.

    Rocío Medina solicitó atención en mayo. En los cinco meses que el médico tiene de atender en las islas del golfo, Rodríguez ha tenido que ver partos, baleados y víctimas de accidentes de tránsito. En todos estos casos, tuvo que coordinar con centros de salud como el hospital puntarenense para los traslados.

    Una imagen típica en Chira. La gran mayoría de los 3.500 habitantes que se calcula hay en Chira, Venado y Caballo, se dedican a la pesca; los menos al comercio y a otras actividades, como el transporte. Servicios como educación, agua potable, electricidad y salud son prácticamente recientes en esa isla.