Cristiana Nassar dice que ‘no se maquilla, ni se viste, ni come’ desde que murió su marido

Tras perder a su esposo Martín su vida quedó destrozada. Además, cuando apenas sobrellevaba su luto, su mamá estuvo en peligro de muerte. En entrevista, Cristiana desnudó sus sentimientos y confirmó que deja la televisión indefinidamente

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Cristiana Nassar está sentada en una de las elegantes salas del hotel AC en Avenida Escazú. Su cabello rubio brilla y su cara maquillada al natural combina con lo sofisticado del lugar. Luce preciosa, pero no es ella misma. Por fuera se ve bien, pero por dentro no siente lo que proyecta.

Está allí, elegante y arreglada porque quiso apoyar a su amiga Dinorah Grue, una química y fotógrafa que ahora plasma en textiles la flora y fauna de Costa Rica. En un rato más Cristiana presenciará una pasarela en la que se lucen los diseños de la mujer que conoció en un restaurante. La actividad se organizó allí porque a través de redes sociales creó una amistad con la esposa del gerente general del hotel.

Quiso ayudar a ambas y, además, anunciar a Multimedios -el canal en el que trabajó como presentadora-, que dejaba el programa Divas (que a mediados de mes cambia de formato y probablemente de nombre) y que continuaba su luto. Se sale de la pequeña pantalla por varios meses; planea regresar cuando vuelva a sentirse feliz. Después de este viernes 9 de abril, promete, no se volverá a arreglar. Verse bien es en lo que menos piensa.

---

“Desde el 15 (de febrero) que murió mi marido no me maquillo, ni me visto, ni cocino, ni como. Esto que estás viendo es solo porque vine a apoyar a una amiga y ya no lo vas a ver más, me voy a meter a mi casa nuevamente. Hoy que entré en el salón y la chavala que me hace mi pelo se quedó así y me dijo: -¿qué es esto?- y le dije: -Sí-. No sé cómo voy a lograr verme bien. Estoy despedazada, no te puedo explicar”, dice Cristiana Nassar, quien es cordial como siempre, pero no ríe como antes.

Cristiana cuenta que deja Multimedios por varios meses, cree que muchos, porque necesita vivir su duelo, encontrarse y buscar la felicidad que tanto la ha caracterizado. Cuando vuelva, eso sí, estrenará un proyecto, pero por ahora nada se sabe.

Milagros

Luego de que trascendiera que el otorrinolaringólogo Martín Nassar Jacobo había fallecido, las redes sociales se desbordaron de solidaridad para Cristiana. En ese duro momento, en una entrevista con Viva, ella expresó el dolor que sentía y decía que iba a salirse de la vida virtual para vivir su luto. Unas semanas después regresó y contaba que su mamá, doña Isabel Rojas, de 76 años, estaba en condición grave en el hospital.

“Cuando se viene una, se vienen todas”, dice Cristiana, quien perdió a su esposo y estuvo a punto de ver morir a su madre, quien irónicamente sufrió una infección y debió ser internada en la unidad de cuidados intensivos de otorrinolaringología, especialidad en la que don Martín trabajó por 40 años. Aunado a esto, falleció Guadalupe, su catatúa, de 20 años.

“No puedo ver morir a nadie más”, agrega.

Hoy su corazón está dividido: en una mitad está el agradecimiento a Dios porque su mamá se levantó de una cama y luego de años distanciadas se volvieron a unir. En esa misma línea se encuentra la gratitud de poder estar junto a su esposo en el último suspiro y ser su sostén durante los dos años anteriores en los que él vivió momentos difíciles.

Sin embargo, según confiesa Cristiana, la otra mitad de su corazón está destrozada por haber perdido físicamente a Martín, el centro de su vida.

En entrevista con Viva, Cristiana Nassar abrió su corazón para hablar de este proceso de pruebas y también de milagros.

--Cristiana, ¿cómo está?

Destrozada absoluta y totalmente. Nunca pensé que el dolor podía ser más grande que la pérdida de mi papá, que yo lo perdí cuando tenía 24 años. Pero esto es infinito, no tiene límites.

--Usted acepta hablar de vivencias tan privadas como las que ha enfrentado desde febrero. ¿Cómo ha sido este proceso?

Vea, esto ha sido pulir mi fe. Esto ha sido para pulirme como ser humano y cuando se viene una se vienen todas. Esto es: ‘te voy a pulir porque me tengo que ir’. Mi marido estaba deprimido (por el robo de todo su dinero por parte de un familiar, por eso ella se puso a trabajar en Divas, explica). Tengo dos años de estarlo sosteniendo y de hacer Divas todas las tardes para él: ese era mi regalo. Lo que sucede con el dinero no es lo que lo destruye, sino por la persona que lo hizo. Él es un caballero no puede con la traición.

“Amo decir esto: ‘Martín me dio a manos llenas desde que yo tengo 18 años, todo lo que quise y no le pedí. Estos dos últimos años trabajé para él como una loca, en lo que fuera, cualquier marca, grabación, para que él todas las semanas pensara: ‘ella se puede valer por sí misma’. Entonces él lloraba por lo que le pasaba porque luchó para que su vejez fuera perfecta y porque de la persona que jamás imaginó se lo robó; además lloraba de verme a mí que podía devolverle (todo lo que le dio)... Dios me dio el regalo de devolverle a él todo lo que me dio. Te podés imaginar qué hermoso para mí”.

“La última semana… yo lo vi mal un jueves”.

--¿Él estaba enfermo?

Cuando esto sucede, cuando le roban el dinero a él le da un infarto. La vida continuó. Una vez cuando estábamos en Madrid le dio algo raro y me prometió que cuando regresaramos a Costa Rica se veía (en la clínica) y no lo hizo.

“Digamos que murió el 15, un lunes. El viernes anterior lo siento raro.

El sábado teníamos una salida a un restaurante que él amaba y se descompuso. Entonces yo lo agarro, lo acuesto y le pongo alcohol. Le dije que fuéramos ya a la clínica. Me dijo que fuéramos a ver tele. Nos sentamos a ver tele todo el fin de semana porque él se sentía medio raro. Yo le metí la mano bajo la nuca en las horas de dormir porque le dije que necesitaba sentirlo. Dormí así el fin de semana. Él me dijo que el lunes íbamos a la clínica.

“El lunes se levantó haciéndose el fuerte y a mediodía todo como que se atrasó ymurió en mis manos de un infarto fulminante.Fue en mis manos. Estoy agradecida con Dios por poder despedirme, por ser la última persona que vio. Es el regalo más maravilloso que he tenido. Yo tenía que estar ahí”.

---

--¿Cómo está su hija Nayad, ella es su fortaleza en estos momentos?

Es muy divertido. Ella misma lo dice: tiene la fuerza de su papá, es un roble, puede blindarse ante el dolor de la partida más grande de su vida y a una semana ir a hacer un noticiero y demostrarme a mí de qué está hecha. También tiene la habilidad de darme a mí los espacios para que esté sola y pueda llorar, sabe cuando contenerme, cuando acompañarme, cuando irse, entonces tiene esa inteligencia emocional que es la mía; somos iguales. Qué regalo más hermoso que ella sea mi Martín para siempre, para mí.

--¿Siente que en medio de lo que ha vivido hay milagros? Como dice, Dios, en quien usted tanto cree, le dio el privilegio de estar con don Martín, de darle soporte con el calor de sus manos, pudo apoyarlo en los últimos dos años, y bueno, llega la enfermedad de su mamá pero la puede ver levantarse de una cama de hospital…

Usted no me va a creer. Mi mamá se enfermó hace un mes. Tengo un mes de estar cuidando a mi mamá en un hospital. A ella la internaron en el servicio de cuidados intensivos de otorrino. Sé todo lo que pasa ahí, tengo 40 años de saber y entender lo que pasa ahí. He visto a mi mamá al borde de la muerte pedirle a Martín que la salve. Y estar con ‘otorrinos’ hijos de ‘otorrinos’ que le salvaron la vida a mi mamá.

“Y aquí viene una parte que me encanta: yo tenía una lejanía con mi mamá porque ella es una mujer fuerte y yo también. Dios lo hizo, nos unió. Me he convertido en la mamá de mi mamá y hemos logrado salvarle la vida, la he visto casi morir frente a mí (...). Soy yo quien la cambia y la ayuda. Dios nos unió para pulirnos, porque nos faltaba eso que no estaba liso. Ahora el día entero estamos de la mano, le pongo crema, le doy besos. Le dieron la salida hace tres días y me pase a la casa de ella.

--Antes de eso, ¿qué hacía?

Estaba llorando en mi casa.

--Dicen que todo tiene un propósito, ¿cree en eso?

Tengo una fe absoluta. La fe que Martín tenía yo no la tenía. Él iba a misa todos los días. Era un hombre super religioso. Tenía que irse y dejarme a mí pulida.

Ya hablamos de la fortaleza que le transmite Nayad, ¿ha hallado paz en este proceso?

Paz… sabés que no, porque paz no he tenido. Pero es que no soy una mujer de paz. Por dicha que he tenido tanto que hacer. Puse unos pintores en mi casa porque no puedo entrar, detrás de esas puertas estaba Martín siempre siempre, cuando nos cambiamos de casa (luego del robo) él no volvió a salir. Estaba pensionado e iba a la oficina de otorrino dos veces a la semana. Yo terminaba el trabajo y él estaba ahí. Entonces tengo pintores en mi casa, mi mamá muriéndose, yo haciendo mil cosas y no he tenido un minuto de paz. Por eso después de hoy (viernes 9 de abril) no me van a volver a ver. No quiero salir hasta que yo esté sana y pueda ser otra vez feliz.

--¿Qué proyectos vienen, planea continuar en televisión?

La gente se ha acostumbrado a que doy alegría. Eso escriben. Hice Divas hace dos años para darle alegría a mi marido.

“¿Viste lo que hice el viernes antes del día de los enamorados? Inventé que llegara el marido de Victoria (Fuentes), el novio de Vivi (Calderón) y “mi marido”, pero contratamos un actor para que fuera mi marido. A Martín le dije en casa que iba a salir en Divas. Y él dijo (a su hija Nayad): -¡está loca su mamá!-. Mi hija Nani me dijo que él lloraba de la risa, se agarraba de la panza, se caía de la silla. Él me dijo que estaba al límite de la locura. Mucha gente creyó que era Tutito, a mitad del programa dije que era un impostor. Vicky Fuentes creyó que era mi marido. Martín dijo que la volé, que no sabía con qué más lo iba a sorprender”.

--Parece que él estaba feliz. ¿Antes de que él se fuera le dijo algo?

Sí. Él sentía que se iba a ir. Ese ser humano fue capaz de escribir en la computadora tres hojas sobre qué hacer de todo, no he tenido que hacer nada.

“Con lo que nos pasó nunca compramos cosas caras, como carros, porque no era necesario. Un día me dijo que quería comprarse un carro, le dije que obvio que fuera a comprarse el carro que quería. Se fue a la Toyota, se lo compró y me dijo que seguro no me iba a gustar el color. Le dije que si era el azul estridente y me dijo que sí. Yo lloraba de la risa, llegó con el carro y yo no podía, no aguantaba, llega con el carro y me dice: ‘ese carro no lo tocás’. Porque yo todo lo rompo y ensucio porque vivo como loca. Fuimos a Puerto Soley por Bahía Salinas, él hizo su servicio social ahí, me llevó todo el camino explicándome cómo funcionaba el carro porque es super tecnológico, y yo ‘ajá, ajá, ajá, ajá’, qué me importaba si nunca me lo iba a prestar…

Lo primero que decía en la lista que dejó (en la computadora) es: ‘Cris, el carro está nuevo, el carro azul es tuyo. No entendiste el chiste’”.

--Siempre protegiéndolas…

Los bancos, las claves, todo. Es un protector. Por eso es que, o sea, no lo amo solo porque me protege, pero es la parte más linda que sabía dar, porque solo sabía dar, era su protección hasta el más mínimo detalle.

“Es un amor, no te puedo explicar. Mi hija me decía desde niña que su papá en las fiestas no hacía más que verme y contemplarme. -Está enamorado de vos sin parar-, me decía. La chiquita se daba cuenta. Éramos la pareja perfecta. Tan diferentes”.

“Mi familia política me escribe y me dice que gracias porque desde que tengo 18 años permití que ese hombre fuera feliz, porque antes de conocerme era un hombre muy triste. Nos quisieron empatar cuando yo tenía 17 y él 32, porque la persona que nos presentó creía que yo tenía 25 y él también lo pensó al verme. A la semana se quería casar y yo le dije que no porque era menor de edad. Ese hombre se descompuso y se fue para la casa porque conoció a la mujer de su vida y era una niña, no podía hacerlo…Era cero sátiro. (La pareja se casó cuando ella cumplió la mayoría de edad).

--Cristiana, ¿usted sentía que se acercaba la despedida?

Ese fin de semana sabía que era el inicio de nuestra despedida, pero pensé que en la semana iba a estar internado y que íbamos a vivir un proceso juntos. Pero el lunes cuando se levanta jugando de que se siente bien y yo dizque se lo creo, porque tengo que respetarlo porque es médico, no lo puedo obligar, es el dueño de su vida. Le dije: -¿qué hacemos-, y me responde: .-no, Tita, (estoy) volando, me siento super bien-. Le dije que le hice una pasta y se la ofrecí, me dijo que no tenía hambre que cuando me fuera comía. Escucharlo decir eso me entró como un puñal. Eso no me gustó. Y a los cinco minutos…

--Regresando al tema de la televisión, ¿qué pasará?

Hoy me despido de Divas (viernes 9 de abril). Voy a esperar unos meses, muchos, y voy a volver a mi luto que no sé cuando se va a acabar porque no logro, o sea, no sé cuándo alguien se puede quitar el luto porque yo no puedo, no puedo. Tengo cinco buzos y eso es lo que me pongo. No me veo de color. Necesito encerrarme en mi casa a llorar. Cuando esto pase Douglas Sánchez (director de Multimedios) me va a dar la oportunidad de hacer algo que vamos a anunciar más adelante.

--¿Algo suyo y diferente a lo de siempre?

Sí, es tan lindo… De alguna forma, no sé cómo voy a tener la alegría de vivir que no tengo.