Hace un año, días antes de la semifinal de la cuarta temporada de Dancing with the Stars (DWTS) se supo que por primera vez en 46 programas, el presentador estelar no iba a conducir el concurso de ballroom: Randall Vargas estaba internado en el Hospital San Juan de Dios tras sufrir una trombosis cerebral.
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Una semana después, bajo supervisión médica, el comunicador se sobrepuso y presentó la gala final.
12 meses después, Vargas pudo conducir la semifinal de la quinta temporada y con su ímpetu tradicional, se prepara para la final de esta edición. Ya serán 60 programas de DWTS de los que Randall ha faltado solamente uno.
No se puede decir que el carismático y vital Randall está recuperado del todo, pues desde hace 16 años sufre de una triada de enfermedades (esclerosis sistémica progresiva, lupus sistémico y artritis reumatoide) que se manifiestan de diferentes maneras en su cuerpo, principalmente provocándole mucho dolor de articulaciones.
“En este momento la sangre no funciona como quisiéramos. Me encontraron varios problemillas: la fórmula roja está caída, constantemente estoy con anemia, de ahí la debilidad y el cansancio; pero (en comparación con el año anterior) estoy muchísimo mejor, estoy muy bien”, asegura el director de TDMás.
Pero a como hay dolencias, hay buena actitud para enfrentar los malestares y hacer la vida de padre y de trabajador lo más normal posible. Su consigna es hacerle frente al mal con el que ha aprendido a vivir.
“Creo que la actitud ayuda montones. Constantemente uno está con dolores de articulaciones, el trajín es pesado: sin embargo, el apoyo acá en el canal, el cariño de la gente y el amor de mi familia me permiten estar bien”, añadió Vargas.
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Randall Vargas destaca que aunque cansado y difícil el año posterior a la situación de salud más complicada que ha enfrentado ha sido “muy bueno”: estuvo en Rusia transmitiendo incidencias del Mundial para TDMás, en ese mismo canal, en el que es director y productor general, han desarrollado nuevos programas, estrenaron set y aparte, ve la quinta temporada de Dancing with the Stars como una “muy exitosa”.
Randall Vargas vive cada día como el más importante. Dice que no se aferra y que todo “lo pone en manos de Dios”.
“Trato de hacerle caso a los doctores con todos los tratamientos. Hace un mes reventé con fiebres y mucho dolor. Pero vivo con el dolor hace 16 años. El dolor es molesto pero ya sé de qué se trata. Es una constante batalla, pero he ganado la gran mayoría. Este año tuvimos bastante cuidado porque la trombosis cerebral ha sido uno de los capítulos más complicados. Ya pasó la peor parte. Mi objetivo ahora es salir victorioso del programa (final de DWTS es el domingo 25 de noviembre) y terminar el año bien y arrancar con muchísima fuerza el 2019”, afirmó Vargas, quien se concentra en “vivir un día a la vez”.
Como padre y esposo, Randall Vargas procura llevar la vida con toda normalidad y no alterar nada en la cotidianidad de sus pequeños Mathías y Elías. A Angélica Rojas, su esposa, le agradece su acompañamiento y apoyo de siempre.
“Mi familia es la clave. Tenerlos a ellos es tenerlo todo”, aseguró.