D esde su primera temporada, el reality The Biggest Loser , de la cadena NBC, ha generado todo tipo de comentarios, muchos negativos, pues pues sobran quienes se espantan por los métodos con los que sus participantes bajan de peso.
Hace tan solo unos días se volvió a generar toda una polémica, esto luego de que Rachel Frederickson, de 24 años y la más reciente ganadora del show , pasara de pesar 117.9 kilogramos a unos insólitos 47.6 kilogramos, lo que significa que perdió más del 60% de su masa corporal.
El público en redes no tardó en coincidir en que Rachel lucía frágil, cansada y hasta un poco perdida en el escenario. Ella simplemente se limitó a decir que ahora tenía claro que podía lograr todo lo que se propusiera.
Esta no es la primera vez que algunos de los concursantes encienden las alarmas. En el 2005, Ryan Benson, ganador de la primera temporada explicó que perdió peso ayunando y deshidratándose, hasta orinar sangre.
A esto se suma el hecho de que en noviembre pasado, la entrenadora del programa, Jillian Michaels, fue amonestada por darles pastillas de cafeína a los concursantes de su equipo sin el permiso de los médicos.
Lo que nadie puede negar es que los entrenadores del reality gozan de mucha fama. Una muestra de ello es que el año pasado, Bob Harper acaparó varias portadas de revistas, luego de que hiciera pública su homosexualidad, algo que llenó de orgullo a la comunidad gay de los Estados Unidos.