Abundan las series de televisión sobre psíquicos y finales felices después de la muerte. El alma queda atrapada hasta que pueda completar sus “asuntos inconclusos”. Una persona extraordinaria asume la tarea de guiarlos hasta el ser querido del que no se despidieron o a cumplir el sueño de su vida.
De cierta forma, Deadbeat continúa el mismo formato que donó Ghost Whisperer a este tipo de series. Aunque, definitivamente, Tyler Labine no es Jennifer Love Hewitt.
Labine interpreta a Kevin Pacalioglu, un médium que consume drogas y que no se toma en serio la muerte. En lugar de guiar espíritus, los fantasmas lo guían a él a aventuras sin sentido, en las que lo acompaña su mejor amigo, Roofie, un narcotraficante.
En su segunda temporada, regresan las historias de sexo con cuerpos poseídos por espíritus y fantasmas que deben superar sus últimos deseos antes de pasar al más allá. Sony las transmitirá completas este domingo.
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