Las lágrimas de desesperación que derrama un experimentado aventurero frente las cámaras tienen un matiz único. Es muy difícil sentirse identificado con su llanto, por lo que más bien levanta la pregunta: ¿si incluso él llora por estar ahí, cómo berrearía un mortal que no cuenta con su conocimiento para sobrevivir en aquellas condiciones extremas?
Solos llevará al límite a los expedicionarios más ávidos y atrevidos, en un programa que se ofrece como “el experimento de supervivencia más audaz jamás intentado”.
El show que History Channel estrenará esta semana realiza una prueba humana que no tiene parangón. Diez exploradores se adentrarán en la inhóspita selva de la isla de Vancouver, en la costa pacífica canadiense, únicamente con lo que les quepa en una mochila.
Un helicóptero los depositará uno por uno –a kilómetros de distancia entre ellos– en un salvaje paraje y los obligará a que se expongan a lo inesperado armándose de valentía, pues más allá de eso son pocos los recursos que tendrán a su disposición.
Jugándosela por sí solos , deberán ingeniárselas para conseguir alimentación y agua; además no tendrán forma de comunicarse con nadie más, excepto, por supuesto, cuando digan “hasta aquí llegué”, y renuncien a la difícil misión.
El único objetivo de cada explorador es mantenerse vivo por el mayor tiempo posible, enfrentándose, mientras tanto, a las situaciones poco amigables que ofrece el sitio. Por la proeza, el ganador (es decir, el último que se rinda) será merecedor de un jugoso premio de $500,000.
Ni por asomo se podría decir que Solos es el primer programa televisivo de su especie, pero en este espacio protagonizado por aventureros, los competidores prescindirán del acompañamiento de camarógrafos o de un equipo de producción en la locación, como hacen otras ofertas televisivas similares ampliamente conocidas, como Survivor .
Por el contrario, en este, cada participante deberá manipular las cámaras con las que registrarán sus travesías, y a las que les confiarán sus revelaciones, lágrimas y gemidos de inevitable desesperación, como si fueran un confesionario.
En la jungla los aventureros se enfrentarán a criaturas salvajes como osos y pumas, que los verán como su competencia por territorio o como un suculento bocadillo. También se expondrán a condiciones climáticas complicadas, pues la Isla de Vancouver es un sitio donde los aguaceros inclementes son parte de la realidad diaria.
Expertos en las adversidades
La decena de participantes de la primera temporada de Solos son Rambos de la vida real, sin la parte sanguinolenta, claro está.
Los competidores fueron seleccionados por sus destrezas para internarse en el denso bosque y sus capacidades de supervivencia, incluso porque algunos de ellos se criaron codeándose con los osos.
Cada uno de ellos tiene un amplio registro de experiencias en bushcraft (habilidades en asuntos relativos a la vida en el monte), entre las cuales se incluye la capacidad de evadir a los depredadores, la construcción de refugios resistentes, el autoabastecimiento en entornos salvajes, la pesca, la caza, la tala con hacha, medicina tradicional, el tallado en madera, el ayuno y los ritos de paso.
Por eso hay participantes con entrenamiento militar, así como otros que han dedicado fases de su vida a la meditación en armonía con la naturaleza o incluso los que han hecho expediciones armados únicamente con una bolsa con un poco de granola.
En Solos las cámaras harán registro de cada uno de los capítulos que vivan los exploradores.
La sorpresa podría arribar cuando quede claro que aquellos que podrían ser los más difíciles retos es cuando los aventureros se vean enfrentándose a ellos mismos, tratando de controlar los sentimientos más indomables, como la frustración, la angustia y la desesperación.