‘Frontier’ y la guerra de las pieles

Si considera indecente que alguien vista una piel de animal, no imagina lo salvaje que pudo ser conseguirla. Frontier, serie de Netflix ambientada en la Norteamérica del siglo XVIII, nos devuelve a la despiadada época del auge de la cacería y comercio de pieles de especies silvestres.

Frontier , serie protagonizada por Jason Momoa ( Game of Thrones y el nuevo Aquaman) que consta de seis episodios, es una producción de aventuras que se interna en el corazón de una industria cuestionable y con pocos escrúpulos. En ella, la sangre de los animales no es la única derramada.

“Relata, desde diferentes perspectivas, un mundo en el que las negociaciones se pueden resolver con una pelea de hachas en espacios cerrados o con una tradicional balacera”, dice la sinopsis de la serie.

Y es que todo se vale en la guerra de las pieles, una lucha sin cuartel que enfrenta el celo de las tribus nativas con la ambición de los comerciantes europeos. En los relatos que cuenta Frontier no hay leyes, ni honor.

“ En en siglo XVIII el comercio de pieles no estaba bien regulado por la corona inglesa. En ese escenario, el mercado no era liderado por el que necesariamente tenía más riqueza, sino por el que infundía más terror entre sus competidores”, publicó el diario El Comercio.

En ese caótico escenario veremos la aparición de Declan Harp (Momoa), un negociante conocido por sus legendarios enfrentamientos con hachas. De hecho, más que hábil, es sádico en sus rudimentarias artes de pelea.

Como es lógico, tal fama le depara a Harp respeto entre sus colegas pero también muchos enemigos. En otras palabras, a costa de adueñarse las pieles más finas de la región, Harp tendrá que dormir con un ojo abierto.

Sus dramas, peleas y singulares aventuras son las que le ofrece Frontier.

Véalo. Viernes 20 de enero. Netflix