Entrevista con Cecilia Suárez, de ‘La Casa de las Flores’: ‘el mundo debería tener a más Paulinas de la Mora’

La actriz conversó en exclusiva con ‘Viva’ sobre su personaje en la serie de Netflix, ‘La Casa de las Flores’, y la importancia de que existan más historias que promuevan el empoderamiento femenino.

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Hablar de Cecilia Suárez y de Paulina de la Mora es hacerlo en primera persona. Las dos son una sola, al menos, en esa parte de ellas que las hace definirse como mujeres libres de prejuicios, de estereotipos y que no temen conjugar en una misma oración las palabras “empoderamiento” y “familia”.

En una entrevista exclusiva con Viva, la actriz habló sobre su personaje en la serie de Netflix, La Casa de las Flores, en la que comparte créditos con Verónica Castro, Aislinn Derbez, Arturo Ríos y Darío Yazbek.

Allí, su rol como la hija mayor de una familia un tanto “atípica”, en el que su forma pausada y tono al hablar, aunado a su actitud ante la vida, la han llevado a ser adorada por el público.

Suárez, quien es reconocida por su amplia y exitosa trayectoria artística por sus trabajos en la serie Capadocia y la película Sexo, pudor y lágrimas, por tan solo mencionar algunos, afirma que jamás se imaginó que Paulina de la Mora despertara tantas pasiones.

-Paulina de la Mora terminó siendo distinta a cómo la habían concebido junto al director Manolo Caro. ¿Qué tanto cambió el personaje a su versión inicial?

-La construcción de Paulina la hice junto a Manolo Caro, un director a quien admiro profundamente. Sabíamos que queríamos que Paulina fuera una mujer libre de prejuicios y estereotipos, capaz de amar profundamente a su familia y no temer demostrarlo. Sin embargo, cuando ya teníamos una semana de grabación, Manolo y yo notamos que, de forma natural, tenía esta forma particular de hablar, y de inmediato nos preguntamos si queríamos continuar con esto. Decidimos que sí, que esa manera de hablar era parte de Paulina, además de que nos recordaba a una amiga que tenemos en común, cuyo nombre jamás revelaremos, así que es una forma de rendirle un homenaje. Existe una gran confianza entre Manolo y yo, porque somos muy amigos, así que esto fue vital para darle rienda suelta a esta versión de Paulina.

-Precisamente, este es su quinto trabajo junto a Manolo Caro. ¿Considera que el que exista este nivel de confianza fue clave para Paulina tuviera este éxito?

-Sí, claro. Creo que el hecho de que exista una confianza tan grande como la que hay entre ambos, que nos miramos y sabemos qué estamos pensando, nos permitió aventarnos a darle este estilo tan particular a Paulina. Manolo es un director que no teme experimentar y lo hace de nuevo con La Casa de las Flores, porque presenta a mujeres más empoderadas, decididas y luchadoras desde el género del melodrama con el humor negro. Eso es algo que ningún director se había atrevido a hacer desde hace 40 o 50 años. Eso es valiosísimo y lo admiro.

-¿Ese es el encanto de trabajar en una producción como esta?

-Sí, por supuesto. Creo que más que admiración lo que existe entre Manolo y yo lo que existe es respeto por el trabajo del otro. Eso nos permite desarrollar una confianza única por apostarlo todo a los proyectos en los que hemos tenido la oportunidad de trabajar juntos. Además, me encanta la forma en la que crea los personajes femeninos.

-De hecho, ambos han dicho que el que Paulina hable de esta forma buscaba darle un matiz de fragilidad, pues ya era un personaje muy fuerte.

-Tienes razón. En los primeros episodios, el público tenía la percepción de que Paulina podría ser muy frágil, pero, a medida que transcurre la historia, ella demuestra su fortaleza al tener que lidiar con sus dos realidades familiares, además de su relación con su hijo y su exesposo, quien regresa a su vida como una exitosa abogada transgénero.

-Para usted, La Casa de las Flores es una historia que busca ser ejemplo del empoderamiento femenino. ¿De qué forma lo hace?

-Lo hace a través de la creación que hizo Manolo de los personajes femeninos de la serie. Tenemos a Virginia (Verónica Castro), que no teme defender a su familia a toda costa y no tiene miedo alguno en ser decidida ante la vida. Está Elena (Aislinn Derbez), quien con su juventud se arriesga a ser más aspiracional, tanto en el amor como en su vida profesional. Y, por último, está Paulina, que es una mujer libre de prejuicios y estereotipos, que trata a todos por igual, y que no teme en dar segundas oportunidades. Cada una de ellas, a su estilo, representa distintas facetas que tenemos como mujeres y que cada vez debe ser mayor su espacio dentro de las sociedades de Latinoamérica.

-¿Qué fue lo primero que la cautivó de un personaje como este?

-Precisamente eso, que ella es capaz de dejar de lado las etiquetas que ha impuesto el patriarcado latinoamericano a las mujeres para vivir sus vidas. Paulina es capaz de sentarse junto a un preso, retomar la relación con su exesposo que se cambió de sexo o darle consejos a su hermano para que acepte que ser homosexual no está mal en la vida. Esa capacidad de tratar a todos por igual, es algo que la hace única. El mundo debería de tener más Paulinas de la Mora.

-¿Se esperaba tanta admiración del público?

-Para nada. Aunque no lo creas, ha sido el mismo público quien me hizo descubrir aún más la bondad que hay detrás de Paulina y que yo no había visto del todo hasta ahora. Cuando me escriben mensajes diciéndome que Paulina los ayudó a superar alguna situación, que los hizo reír en un momento difícil o que les permitió ponerse en los zapatos del otro, me hace ver este personaje de una manera más integral.

-¿Considera que el hecho de que La Casa de las Flores aborde desde el punto de vista femenino, temas que, aún en la actualidad, son considerados tabú, ha sido clave del éxito?

-Creo que lo ha que hecho que la serie sea tan exitosa es el riesgo de contar historias de una forma que no se había hecho desde hace más de 40 o 50 años. En La Casa de las Flores, comenzando por Manolo, apostamos por salirnos de esa zona de confort en que se encontraban géneros como las telenovelas, en las que las mujeres no opinaban, no tenían un rol importante, eran sumisas y no podían decidir sobre sus vidas. Desde mi punto de vista, el público se cansó de eso, y ahora apuesta por historias y personajes que sean más reales, con los que se pueda identificar. En esta serie, cada uno de los personajes tiene matices, no todos somos buenos o malos, así que es imposible que alguien no se pueda identificar con ellos.

-Hay quienes definen a Paulina como un personaje al que se ama o se odia, no hay punto intermedio. ¿Cree que esto es así?

-(Ríe) Si lo juzgo por los mensajes que me llegan a mis redes sociales, Paulina se ha convertido en un personaje al que todos aman. La verdad es que creo que ella es una mujer a la que, en un inicio quizás creíste que no podías llegar a amar, pero que terminas rendido ante su espontaneidad y esa capacidad que tiene de tratar a todos por igual. Creo que Paulina es una mujer para amar, en todo el sentido de la palabra, y con todo lo que eso conlleva.

¿Qué tanto se parecen Cecilia y Paulina?

-Mucho, aunque no parezca. Creo que lo que más nos une es el amor y devoción que tenemos cada una por la familia. Paulina de alguna forma también me ayudó a poder exponer la importancia del empoderamiento femenino y eso es algo que agradeces.

-La viralidad de las frases de Paulina ha sido asombrosa. Hace una semana, el viceministro de Planificación de Costa Rica utilizó una de sus frases, relacionadas con el Tafil, para hacer una referencia donde salía la expresidenta Laura Chinchilla, por ello lo suspendieron durante un mes sin goce de salario.

-La verdad es que no estaba al tanto de este caso (se sorprende). Ahora que me lo mencionas, buscaré información sobre esto. Aunque no puedo referirme concretamente a la situación, ya que la desconozco, sí creo que es importante que entendamos que, en cualquier ámbito, especialmente en las redes sociales, no debe existir ningún tipo de discriminación o ataque hacia cualquier persona y, menos, a una mujer. Felicito al actual presidente de Costa Rica por haber tomado la decisión de suspender a este funcionario, porque creo que esto establece un precedente sobre la importancia de tener cada vez más espacios libres de discriminación. Sabes que creo que es necesario que en Latinoamérica exista una mayor equidad de género y que se deje de lado ese miedo que esto parece generarle a algunos pocos.

¿Cómo fue trabajar junto a Verónica Castro y Aislinn Derbez?

-Para mí fue realmente maravilloso. Creo que Manolo tiene esa capacidad de reunir a un grupo de personas tan diferentes que, por alguna u otra razón, terminan siendo amigos y construyendo una energía y vibra única en el set de grabación. Esta fue mi primera vez trabajando con ambas y puedo decirte que Verónica es una de las personas más sencillas que he conocido en la vida. Imagínate que llegaba contando chistes o recordando anécdotas de su juventud. En el caso de Aislinn, ella bromea con que fuimos nosotros, sus compañeros, quienes realmente la pasamos mal porque justo en las grabaciones ella estaba embarazada y aún no nos podía contar la noticia (ríe). Lo cierto es que ambas son maravillosas.

-¿Hay planes de una segunda temporada para la serie?

-Eso es algo que aún no sabemos, pero no puedo negar que me encantaría que existiera otra temporada de la serie. Hay muchos secretos que aún se pueden descubrir, además de que todos los personajes tienen posibilidades asombrosas de evolucionar si existiera esa posibilidad.