Desde hace cuatro domingos, el reality de baile de canal 7 Dancing with the Stars se adueñó de la franja de televisión nacional de 7 a 9 p. m.
Sin embargo, la euforia del espectador con la que comenzó ha disminuido con respecto a la última gala, hace seis días.
Según datos que arroja la empresa de medición de audiencias Ibope Media, dados por Teletica, su programa de estreno obtuvo un rating promedio de 26,5 puntos en hogares.
En el cuarto episodio (con la expulsión del cantante Tipí Royes) registró 19,4 puntos. Si bien los números son contundentes en cuanto a dominio de la franja, comparado a sí mismos hay una baja.
Mario Nájera, productor de Teletica Formatos, indicó que más allá de buscar un número específico, están contentos con la respuesta y apoyo del público.
“Nosotros llevamos ya muchos años de producir formatos. Somos líderes en la programación del país y nosotros apostamos a un programa llámese como se llame. Damos lo mejor de nosotros. Es claro que la audiencia nos ha preferido los domingos por la noche con un programa de calidad”.
“Nosotros no hacemos esto por buscar un número determinado. Lo hacemos porque nos gusta lo que hacemos, es la filosofía del canal. Buscamos sano entretenimiento y la unión de la familia los domingos, por consiguiente tenemos buenos resultados”, manifestó el productor.
Barajan teorías. Mañana será la quinta gala en donde se expulsará a la tercera pareja de diez que conforman el programa.
Antes que eso ocurra, Maripili Araya, coreógrafa y directora de Ware House Dance Complex, y exjurado en Bailando por un sueño , explicó por qué algunos televidentes no han sido fieles al programa.
“Pienso que tiene que ver con que sea algo totalmente nuevo en el país. Es algo diferente a lo que se ha visto en tele como en teatro. Aquí no existe esa cultura del ballroom ; está en construcción”.
”Al igual que pasa en otros países, siempre hay cierta resistencia al introducir algo nuevo, pero la gente entre más se educa más va absorbiendo este tipo de estilos. Sé que hay bailarines que están haciendo un gran esfuerzo por traer esto al país, la técnica es muy compleja, muy estructurada. Es cuestión de que la gente se acostumbre a estos estilos”, aseveró Araya.
La coreógrafa de ballroom Ivonne Céspedes, quien practica esta técnica desde hace cinco años, opinó que este estilo es aún desconocido para muchos costarricenses, razón por la cual puede provocar algún desinterés.
“Es algo que no se ha difundido mucho en el país, viene de una contextura europea y estadounidense. El público en general no conoce tan profundo el ballroom y tal vez no les guste mucho por esa falta de conocimiento. Son factores difíciles de encontrar. Habrá también quienes no lo ven porque no están sus artistas favoritos o porque ya vieron el estreno y se quitaron esa expectativa del estreno. El ballroom más que baile, es un estilo de vida”, dijo.