La toma final de este documental es tan impensable como toda esta espantosa historia que empezó a tejerse en 1993, en West Memphis, Arkansas, cuando tres niños de ocho años fueron brutalmente mutilados y asesinados.
Damien Echols, convertido hoy en un hombre libre, un hombre de bien y felizmente casado con una mujer extraordinaria, camina de la mano con ella como un ciudadano normal... inimaginable, hasta hace pocos años, que esta escena fuera posible.
De vuelta a los hechos del 93 en West Memphis, tras los cruentos asesinatos tres jóvenes del lugar, Damien Echols, Jason Baldwin y Jessie Misskelley, fueron arrestados poco después y acusados de los crímenes.
Tras una poco periciosa (por no decir más) investigación policial y con la intervención de un fiscal sediento y cegado por las ansias de venganza, los aún adolescentes fueron juzgados y sentenciados, el primero a muerte, y los otros dos a cadena perpetua.
Años después, y víctimas no solo de la ley, si no del más vil escarnio y desprecio público, una voz creciente se encargó de ir revelando las injusticias que se cometieron en el proceso.
Fue la realización de una serie de documentales ( Paradise Lost ), el apoyo de celebridades (Johnny Depp, Marilyn Manson, Dave Navarro) y la inesperada intervención de Peter Jackson, director de The Lord of the Rings y The Hobbit , quien junto a su socia y esposa Fran Walsh (co-guionista de los filmes antes citados), los elementos que terminaron de darle un giro al caso.
Los muchachos terminaron por ser liberados, pero la historia no se había terminado de contar y esto es lo que rescata el documental West of Memphis , en el que Damien Echols --que fue el objetivo más fácil de los policías en 1993 debido a su aspecto gótico que condujo a la acusación de practicar satanismo-- reconstruye toda su pesadilla y filosofa sobre los blancos, negros y grises de la vida.
Muy por sobre todo, Damien, que pasó 18 años (casi la mitad de su vida) encarcelado injustamente, ofrece un testimonio increíble de esperanza y fe en el futuro.
En el filme, que ha tenido un rotundo éxito, repite sus mil y una pesadillas, aunque ha dicho también: “ahora no me gusta hablar del caso. Cada día que pasa, cada día que voy mejorando, me dan menos ganas de recordarlo todo”.