Sharon Abarca, la repostera que vendía queques antes de empezar su sueño en ‘Tu cara me suena’

Esta chica, de 26 años, persevera desde que tiene memoria. Cuando supo que iba a ser parte del elenco renunció a su trabajo, y tras el atraso por la pandemia, se puso a hacer y vender repostería. Esta es su historia.

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Cuando Sharon Abarca tenía cuatro años, presentaba conciertos a los alumnos de su mamá que estaban en sexto grado.

Desde que tiene noción, su vida ha estado entrelazada con la música. Sus papás le cantaban y su abuelo, Juan Molina, también. Un señor que, tras haber sufrido cáncer en las cuerdas vocales ya no puede cantar, pero disfruta escuchando a su nieta, a quien desde niña le enseñó a soñar, a ser valiente y a amar la música.

Sharon Abarca es, quizá, la participante de Tu cara me suena (TCMS) de más bajo perfil, sin embargo, la simpatía que transmite en cámaras y el poder de su voz la han posicionado en un público que sabe reconocer el talento.

Para la tercera gala de TCMS, Sharon cumple un sueño: se meterá en la piel de Natalia Lafourcade, su artista favorita y a quien tuvo oportunidad de conocer y acompañar en coros cuando ella se presentó en Costa Rica junto a la Orquesta Filarmónica, ensamble en el que Sharon tiene varios años de cantar como artista invitada.

De ganar esta noche, Abarca quiere beneficiar a la asociación Mar y cielo, que trabaja en la prevención del suicidio y da acompañamiento a familias que perdieron a alguno de sus integrantes.

Estar en el programa de Teletica significa mucho para Sharon. Ella ve en esta vitrina la posibilidad de enseñarle su música a las personas.

“Quiero sacarle el jugo a esta oportunidad. Aprender sobre expresión escénica, baile, canto y más de interpretación. Mi objetivo es disfrutar lo más que se pueda. Llegar y sentirme contenta. Veo en esta plataforma la oportunidad para darme a conocer y más adelante presentar mi música. Ahorita estoy trabajando en mi segundo sencillo que es un producción increíble. Ha sido un proceso de mucho tiempo encontrar quien quiero ser como artista y el sonido que quiero tener. Quiero aprovechar para enseñarle música a la gente”, contó Sharon, quien es voz conocida por hacer jingles para diferentes comerciales.

Sharon disfruta la experiencia de estar en el grupo de esta quinta temporada, compañeros con quienes ha compartido aún a 1.8 metros de distancia.

“Disfruto estar con mis compañeros, vacilar con ellos aunque sea a la distancia. Personalmente me gusta estudiar a personajes y verlos con otros ojos. Meterme y pensar en qué pensaba Natalia Lafourcade o Selena cuando cantaban. Disfruto los ensayos y el ambiente que se genera con todo el equipo de producción. Siento como llegar a casa”.

Una repostera decidida y apasionada

Cuando se le hace una pregunta tan básica, pero definitiva, como “quién es Sharon”, ella dice que es una muchacha “soñadora y trabajadora”. Luego de conversar con ella, también se puede decir que es persistente.

Su amor por la música ha sido de siempre, por lo que participaba en cuanto festival hacían en el colegio, pero cada vez obtenía el segundo lugar. No se desanimaba, trabajaba para el año siguiente ser la ganadora absoluta. Cinco años después lo consiguió.

La oportunidad de estar en TCMS la hizo renunciar a su trabajo en una agencia publicitaria. Ella es creativa y diseñadora. Tomó la decisión de trabajar de lleno en su carrera musical, pero al igual que todos, no esperaba que el coronavirus colapsara todo, incluso la salida al aire del programa de imitaciones de Teletica.

Nuevamente, Sharon no se desanimó. No tenía ingresos pero sí muchas cuentas por pagar, así que, cuenta que se le ocurrió ejercer una de sus aficiones y vender productos para salir adelante.

Sharon se puso a hornear y por varios meses vendió repostería para solventar sus gastos.

“Antes de empezar tenía trabajo de tiempo completo. Cuando me dieron la noticia de que estaba en el elenco renuncié a mi trabajo para dedicarme al programa y dedicarme más a mi carrera como cantante. Resulta que viene pandemia y el programa se atrasó. Me quedé sin trabajo, sin programa y sin dinero, entonces empecé a hacer queques para ayudarme a pagar cuentas. Luego aparecieron otros proyectos de cantar en lives y así, pero me encantó ponerme a prueba a mí misma. En estas circunstancias hay que reinventarse”, cuenta.

Profesionalmente, Sharon quiere seguir produciendo música. Continúa soñando. Aspira a hacer giras en otros países y colaborar con artistas reconocidos.

En lo personal, está entusiasmada porque en enero, si el coronavirus lo permite, se casa con su novio Marco Umaña. Ahora, además de estar en el programa, consiguió un programa de medio tiempo en una agencia. Cuando tiene tiempo libre, además de cantar, disfruta de dormir con su perrito, Luka.