¿ Quién dijo que el negocio de repartir pan no podía ser divertido? SwaySway y Buhdeuce, dos patos antropomórficos, llegan a Nickelodeon para dejar claro que a bordo de su camioneta espacial pueden ocurrir las más inesperadas aventuras.
SwaySway es un optimista trotamundos que lidera la nave de entregas de pan; Buhdeuce, su leal y empático copiloto. Juntos pondrán emoción a su rutina de trabajo a lo largo de 20 episodios: desde perderse en las minas hasta romper el récord de entregas en un día.
No importa lo que pase, nada detiene a esta pareja de amigos emplumados para tener diversión 24/7 y dar espacio a las locuras.
En el primer capítulo de la serie, este peculiar dúo tenía que entregar mercadería en la peligrosa zona de Duck Town. Por accidente, atoraron sus llaves en la camioneta cohete. Para conseguir ayuda, tuvieron que hacerse amigos de una banda mafiosa de patos.
Luego, SwaySway y Buhdeuce descubrirán que el creador del pan es el tipo más honesto del planeta.
La serie Breadwinners fue creada por Steve Borst (la mente detrás de Teen Titans Go! y MAD ) y Gary Di Raffaele ( MAD y Metalocalypse ), un talento oculto que salió a la luz en el programa de cortometrajes animados de Nickelodeon.
Inspirados en la animación de las comedias clásicas, Internet y culturas musicales, Borst y Di Raffaele llegan con una propuesta que debutó en un festival de cortometrajes en un bar de Nueva York y que logró captar la atención de los ejecutivos de Nickelodeon.
De paso, la serie –estrenada en febrero en Estados Unidos– logró volar alto en términos de rating y se ganó
“El programa, que se caracteriza por su velocidad, los malos juegos de palabras, las bromas pesadas y pinceladas del hip hop de la vieja escuela y las antiguas consolas de videojuegos, es escandaloso y a menudo tiene un humor muy bobo, pero a fin y a cabo es genial. De ninguna manera conducirá a tus hijos a una vida de crimen. Excepto por esos momentos en que los dos personajes gritan las mismas palabras al unísono y provocan dolores de cabeza a los padres, me inclino a derramar sobre él mi bendición oficial como crítico”, apunta Robert Lloyd, del Los Angeles Times .